11 - Harry Potter (3)

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Disclaimer: Inspirado en el universo de Harry Potter; cualquier cosa mínimamente reconocible pertenece a dicha franquicia.

Tercera parte del AU; continúa donde quedó el anterior.


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Igor resopló, mirando el caldero hirviente que tenía sobre una mesa apartada en su Sala Común con cierto hastío. Hasta ahora el líquido era blanco, y tendría que agregarle un ingrediente más antes de volverse del saturado color fucsia que caracterizaba una primera fase de preparación exitosa. Ese ingrediente también revelaría el primer olor sugestivo, individual para cada quien, y habrían de anotarlo y entregarlo en un informe para el lunes, de modo que el profesor podría evaluar su progreso.

Era necesario que la Poción escaldara durante dos horas mínimo antes de añadir el sobredicho ingrediente, que brillaba por su ausencia; Exi habría prometido que se encargaría de la Tisana, alegando que la elaboraría a la perfección con una antigua receta familiar. Igor había tenido sus dudas respecto a ponerle a su proyecto trimestral una receta muggle, pero Stern había insistido tanto, y se veía tan entusiasmado...así que accedió, anunciando que de arruinar la Poción tendría que vivir con la Maldición piernas de gelatina por el resto del curso. Sus amenazas, al parecer, no superaban la gloria del Quidditch. Mañana sería el primer partido de la temporada, Gryffindor vs Ravenclaw, con los leones estrenando Capitán. No sabía porque había decidido continuar con la poción, a sabiendas que Stern no se acordaría de la maldita tisana hasta el domingo en la tarde, con suerte. Era su propia ingenuidad; su esperanza ilusa, que le impedía sacar el caldero del fuego e ir a hacer otra cosa. Era viernes y él estaría entrenando, concentrando sus esfuerzos en ganar la Copa Quidditch. Lo último que haría sería hacer deberes en la Sala Común Slytherin la noche previa al juego. Volvió a resoplar, negándose a pensar más allá de esa queja.

De repente una chica de cuarto año se acercó a la esquina donde se había recluido, con expresión aburrida. Igor pudo imaginar que le preguntaría que estaba haciendo, y se preparó para sisearle que se metiera en sus asuntos. Ella se plantó frente a él, con los brazos cruzados y el ceño fruncido, examinándolo. Igor espero con paciencia.

– Hay un Gryffindor allá afuera queriendo entrar en la Sala – Le anuncio acusatoria, casi con indignación. – Exi Stern, creo.

A Igor no le gustó el tono, pero se lo esperaba; pudo haber reído. Los de años inferiores no habían estado contentos al principio con la idea de tener al Cazador estrella Stern husmeando en su territorio. A los de primero y segundo se los había ganado en la primera visita a las mazmorras, encandilando sus jóvenes espíritus con su vibrante personalidad. Ahora tenía un nuevo grupito de admiradores, lo cual no sabía si era o no una mejora. Los de sexto y séptimo solo se encogían de hombros, preocupados por sus cosas y mirando a Igor con una mezcla de compasión y burla. Los de quinto ni se habían molestado en molestarse, agitados cada vez más por los TIMOS al final del año. Eran tercero y cuarto los que no se habían aplacado con el tiempo, y eso pudo haber tenido o no que ver con la derrota que había sufrido Slytherin a manos de Gryffindor el año pasado en su disputa por el segundo lugar, dado que el ganador de la Copa Quidditch fue Hufflepuff. Por supuesto, ninguno de ellos sentía rencor hacía ningún tejón, como las bien recibidas visitas de su hermana lo demostraban; era simplemente la vieja rivalidad Godric–Salazar la que se asentaba en sus mentes viperinas. No podía reprochárselo: el mismo había estado combatiendo con ese recelo desde hacía largo tiempo. Que a Exi Stern le resbalaran los prejuicios de manera magistral tampoco ayudaba a su causa.

Y hablando de Stern...

– Dale la contraseña y que pase. –Le pidió, algo apabullado.

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