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El alfa toma de la barbilla a Seungmin y este da un brinco hacia atrás. Chan se pone frente al más joven para protegerlo.

—¡Oh, tierno omega! Al que menos deberías temer es a mí. Si no, pregúntale cuán bueno soy a tu compañero de labios bonitos, ¿Hyunjin se llama?

Bang frunce los labios.
—¿Qué hay con Hyunjin?

—¿Ah? ¿Nadie se ha dado cuenta? ¡Pff! Mi padre debió hacer un mejor trabajo.

Seungmin siente como incrementa el tenso ambiente entre ambos alfas. Chan da un paso hacia el otro.

—¿Qué hay con Hyunjin?

El alfa sonríe ladino, Bang ha comenzado a apestar a molestia y eso le produce felicidad. Observa sus uñas, suspira, y por último posa la mirada en en alfa contrario.

—Le mordió una pierna. ¿No es genial? Ahora Hyunjin no podrá trabajar con nadie más. Es sólo de mi padre. —. El hijo de Fuduka sonríe burlón. —Supongo que el omega bonito en verdad no estaba en renta, si no acabas de perder una mina de oro.

Chan olfatea el ambiente y mira a sus espaldas, para enterarse que Seungmin se ha ido. Se lamenta por haberle puesto tanta atención al alfa que ni siquiera se dió cuenta cuando el omega se fue. Bufa, lo golpea en el pecho y susurra algo inentendible para el contrario.

—¡Que modales, Bang bang bang! —se mofa una vez más.

Chan pone los ojos en blanco, da media vuelta y se apresura a caminar el largo tramo para salir de la fiesta.

Todo el tema de los Fuduka le pone los pelos de punta y le parece de lo más tonto, pues desde hace años están en una guerra absurda para quedarse como los máximos representantes de Corea. No fue hasta apenas un par de años que Hyunjin comenzó a trabajar para los Bang que el señor Fuduka quiso hacer un tratado de paz con el padre de Chan, para así poder rentar a Hyunjin.

El tratado posee un montón de reglas, una de ellas es que toda la descendencia de ambas mafias tienen estrictamente prohibido siquiera mantenerse a dos metros por más de cinco minutos. Excepto que Chan hace unos meses rompió con esta regla, ya que tuvo que asesinar al hermano mayor de los Fuduka; afortunadamente nadie supo que fue él, y por ello aún continúa con vida.

Cuando ya está fuera a Han le envía un mensaje de emergencia, y en menos de cinco minutos este yace frente al alfa. Entra azontando la puerta. Han acelera pisando a fondo, preguntándose mentalmente dónde está el omega.

Por su lado, Seungmin se detiene a un par de cuadras para recuperarse. Siente sus piernas a punto de explotar y sus pulmones exigiendo oxígeno. Se echa de trasero al suelo para ubicarse y poder regresar a casa. En consecuencia, su mente le muestra la realidad de la situación.

Le ha creído a un hombre cualquiera que le dijo puede escapar de una mafia sin consecuencia.

El pánico vuelve a acomodarse en su pecho, haciéndolo sentir que puede respirar en menor ración. Su mente se nubla, y sin poder controlarla comienza a repetirle que debe esconderse o el día de mañana ya no habrá rastro de él.

Piensa en ocultarse en casa de su familia, pero lo descarta cuando piensa los meterá en problemas.

Y viéndose a sí mismo desde una perspectiva en tercera persona, comienza a caminar con paso apresurado hacia el apartamento que compartía con Jeongin.

{...}

Chan camina por la casa con zancada tan grande que a su paso deja un leve aire que golpea a todo aquel esté cercano a él.

Tiene un plan con el que podrá matar dos pájaros de un tiro. Le asegura el trabajo a Hyunjin, y hace que su padre terminé su relación con los Fuduka una vez por todas.

Azota la puerta del despacho de su padre, asustando a los sicarios personales de este. El canoso y sesentón alfa sube la mirada de su interesante libro de ciencia ficción, observa a Chan por encima de los lentes. No le soprende que su hijo entre de esa manera, pues Chan no se caracteriza por ser paciente y no-drámatico.

—¡Ese vejete mordió a Hyunjin! —exclama golpeando el escritorio.

—Es de vidrio, ten cuidado —advierte, a la par de colocar el separador sobre el párrafo dónde se ha quedado.

—Nuestra inversión se está yendo por culpa de ese imbécil, ¿Y te preocupa tu jodido escritorio?

—Entonces, no me has dirigido ni una mirada en ocho meses, ¿Y vienes porque se rumorea que pasó lo inevitable? ¡Vaya hijo!

—¿Qué haremos? Hyunjin es nuestra mejor apuesta.

—Hablaré con Fuduka para llegar a un acuerdo y...


—¡Basta de acuerdos! Mordió a tu mejor omega. ¿Sabes de cuántos wones nos llena Hyunjin a la semana? ¡Dioses, antes no eras tan manso!

El masculino mayor suspira.

—Usaremos al nuevo omega, luce muy virginal.

—Eso también es un problema. —y Chan se dedica un buen rato a dar su versión -distorsionada- de la historia, haciendo ver al hijo de los Fuduka como el peor; y convenciendo a su padre que Seungmin está mejor afuera, prometiendo que se encargará de la deuda de Jeongin.

Al terminar con el relato de su heredero, el padre con voz fría manda a traer al hijo intermedio de los Fuduka con vida.


Sintiéndose alegre porque su plan -elaborado desorganizadamente en el asiento trasero de la camioneta- salió a la perfección, regresa a su despacho.


Sin saber qué hacer para matar el aburrimiento, se pregunta qué estará haciendo el omega, dónde estará. Lo imagina entre los cálidos brazos de su madre, con una afelpada pijama y recién salido de un muy caliente baño, mientras se decide entre contar que conoció al jefe de sicarios o guardar silencio.

Cierra los ojos, echa su espalda sobre la silla acolchada y sonríe tontamente al imaginarlo. Recuerda su delicioso olor, haciendo latir con fuerza a su corazón. No estuvo con él siquiera dos días pero se siente tan atraído al omega como nunca había sentido.

La puerta suena, haciéndolo volver de su ensoñación. El pedazo de madera se abre unos cuántos centímetros, dejando ver la negra cabellera de Minho. Bang le sonríe como saludo.

—¡No sabes cuánto te extrañé! —Exclama a la par de correr al regazo de Chan, para después llenarlo de besos.

—Creí que estabas muy molesto. No me hablaste en largo rato.

—Sí, lo estaba. Después me enteré que estabas muy unido a un omega escuálido y sin chiste, y tenía que verte. Sería una lástima que tus gustos cayeran tan bajo.

Chan frunce el ceño y atrapa la cintura de Minho entre sus largos brazos.

—No me gusta cuando hablas desde tu complejo de superioridad. Se supone que estás aquí para reconciliarnos, no para hablar mal de mis amigos.

—Quisiera pedir disculpas, pero no lo haré. Es lo que pienso de ese omega.

—Bien. ¿Te parece si dejamos nuestra plática para otro día, y hoy nos dedicamos a reconciliarnos? —Cuestiona coqueto, bajando sus manos al respingado trasero de Minho.

El alfa pelinegro sonríe libinidoso y atrapa los labios de Chan entre los suyos.

speed (chanmin/seungchan).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora