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Los sofisticados y nada llenadores platillos comienzan a llegar gracias al montón de meseros que pasean de aquí hacia allá con charolas llenas de comida. Seungmin mira a su alrededor en busca de técnicas para comer como si estuviese familiarizado con el entorno.

— ¿Estás bien? ¿Buscas el sanitario? ¿Ya te vas? —Cuestiona Chan a los susurros, pues en la mesa que les asignaron hay otras tres parejas y prefiere mantener discreción.

— El sanitario. Sí. El sanitario —Responde apurado. Claro que Seungmin no iba a permitirse aceptar que no sabía comportarse en sociedad gracias a su bajo nivel de recursos, no cuando Bang se refirió a su economía como deficiente.

— Vamos —. Chan se pone de pie, a la par de rezarle a cualquier dios que a nadie se le ocurra dosificarle cualquier veneno a su comida mientras está ausente.

Seungmin frunce el ceño.
— ¿No puedo ir yo solo?

— En este tipo de eventos, no lo creo. Y menos siendo tú. Creo que no lo notaste pero al menos diez alfas no te quitaban la mirada de encima desde que estuvimos allá afuera. Podría pasarte cualquier cosa si te dejo ir solo al sanitario, y jamás me perdonaría eso. Así que, lo siento. Si tratas de irte, con caminar a la entrada es suficiente, nadie te detend...

— Entendido. Vayamos a orinar —Responde irritado. Chan asiente.

Sus manos vuelven a entrelazarse, y esta vez se dirigen al sanitario.

Al llegar a los amplios cubículos individuales, Chan se adentra con Seungmin. Lo que hace el omega frunza el ceño y lo vea mal, el alfa se limita a alzar los hombros y predicar que bajo los pantalones tienen lo mismo. Seungmin acepta a regañadientes, desabrocha su parte inferior del traje y se obliga a orinar. Chan lava sus manos, haciendo su mejor esfuerzo por no hacer nada que pueda incomodar al omega.

— ¿Tienes novio? Recuerdo que el jefe de chaperos dijo...

— Felix —Corrige el alfa mientras trata de quitar con sus manos húmedas las inexistentes pelusas en su traje.

— ¿Eh? Ah, sí. Él dijo que estaba feliz que finalmente hayas terminado tu relación, pero tú no le diste la razón ni lo contradijiste. Traigo eso en mente desde hace un buen rato.

Chan sonríe. Seungmin sube su pantalón, baja la cadena, y se acerca al lavabo.

— ¿Por qué la curiosidad?

— No lo sé. Quisiera ver si el aura de tu pareja y la tuya combinan —Bromea, aún trayendo a Felix a la plática. Chan suelta una carcajada.

— Ese pecoso tiene argumentos muy ¿Graciosos?. Pero, ehm... Sí, tuve o tengo, no sé.

— Si no es invadir mucho tu privacidad, ¿Por qué?

— No lo sé. Simplemente no encajo con él, y a veces siento que sólo está conmigo porque necesita favores.

Seungmin sonríe burlón.
— ¿Quién lo diría? Un masculino jugando con el jefe de sicarios.

Chan relame sus labios al caer en cuenta que Seungmin en realidad está tragándose todo el cuento que es jefe del sicariato.

— Es alfa —Corrige, de nuevo.

El omega alza una ceja.
— ¿Eres de esos? —. Chan niega con la cabeza.

— Simplemente se dió.

Seungmin frunce los labios y achica los ojos, juzgando.
— Me haces dudar mucho, Bang. Eres demasiado misterioso, y a como yo lo veo, mentiroso. ¿Acaso es cierto que diez masculinos estaban viéndome, o es que tienes un plan malévolo para no dejame escaparme, prostituirme y hacerme la vida miserable para que tu mafia obtenga grandes ganancias?

Chan sonríe y niega con la cabeza.
— El futuro no es tan predecible como crees. Quizá sí soy mentiroso e incluso hasta misterioso, pero en serio estaban esos diez tipos viéndote.

— ¿Qué me dices de la regla de etiqueta de tomarse de las manos? La mayoría ni siquiera hablaba con su acompañante.

Chan chasquea la lengua.
— No sólo eres atractivo e inteligente, también eres muy observador, ¿Ah? ¡Me tienes! Esa sí fue una excusa. Mentí porque quería sentirte antes que te fueras. Lo siento.

Seungmin sonríe genuinamente.
— Ese alfa debe sentirse afortunado de tenerte a su lado. Dejando de lado tu trabajo, y sólo conociendo lo poco que me has dejado, eres un terroncito de azúcar —. El alfa ríe escandaloso, ocultando lo mucho que le gusto el comentario.

— Deberíamos regresar para cuidar nuestra comida. Cualquier loco podría cometer alguna atrocidad en nuestra ausencia —. Seungmin asiente, toma la mano del mayor con naturalidad y sale del sanitario.

Al saberse con pase hacia la libertad, Seungmin ha decidido disfrutar al máximo su primera y última noche en el lado ostentoso de Corea. Sin importarle mucho que va de la mano con un hombre que seguramente su madre repudiaría gracias a su código moral.

Pero, muchas cosas no salen según lo planeado.

El vello del cuerpo de Chan se eriza al olfatear el aroma del alfa que peor le agrada, e hijo del cliente que da más ganancias a la mafia. Gira sobre sus talones para encontrarselo frente a frente.

— ¡Bang bang bang! Tiempo sin vernos —Saluda ladino. Chan pone los ojos en blanco.

— No da risa. ¿Qué edad tienes? —Se queja. El alfa sonríe.

— ¡Oh, vamos! No seas tan sensible —. El alfa olfatea a Seungmin. Pone los ojos sobre él y lo escanea de pies a cabeza.
— ¿Quién es tu temeroso y tierno omega? ¿Puedo rentarlo? Es justo el tipo de omega que me gusta. Sumiso, callado, temeroso, y delgaducho.

Chan traga fuerte al sentir el cuerpo de Seungmin tensarse detrás suyo, teme que diga algo que pueda desestabilizar la relación tensa con el alfa frente a ellos.

— No está en renta.

El alfa da un gran paso hacia Seungmin, haciéndose respirar el mismo aire que él. El omega se mantiene quieto y expectante. Chan mete su brazo entre ambos cuerpos.

— Una lástima. Pagaría millones por él. Dime, precioso omega, ¿Quieres irte conmigo?

— No, no quiere irse contigo.

— ¿Te has convertido en un precioso omega, Chan? ¿O por qué respondes mi pregunta?

Seungmin y Chan comparten una mirada fugaz. El alfa tratando de pedirle que guarde silencio, y el omega advirtiendo que si no hace nada para que el masculino a su lado deje de pegarle el miembro en su pierna, se irá sin ver hacia atrás.

— Porque él no está autorizado para hablar.

speed (chanmin/seungchan).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora