>Mención de sangre, ¡Con cuidado!<
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La alarma de un automóvil lejano sonando. El frío aire entrando por la ventana. Una taza de té a medio terminar junto a una lista con interminables números. Una canción noventera sonando en uno de los apartamentos contiguos. Un avión sobrevolando por los aires y contaminando todo a su paso. La pared cercana a la puerta de entrada con una gran abolladura y varios hilos de sangre, gracias a los continúos impactos de la cabeza del alfa contra esta.
Con las uñas rotas, los dedos llenos de moretones y de sangre ajena, unos cuantos rasguños en el rostro, mordidas en los antebrazos, y el bonito traje prestado lleno de manchas rojas. Seungmin se mira al espejo mientras su cuerpo continúa temblando por la fuerza usada y por la adrenalina. Sus pupilas se mantienen dilatadas, y su mente completamente en shock.
Observa al inmóvil y sentado Jeongin a sus espaldas. No deja de repetirse la imagen de su novio pidiéndole que paré, cuando él grita que es su culpa ya no pueda volver a ver a su familia y debe ser castigado por ello.
— ¿Qué hice? ¿Me estoy volviendo loco? —Susurra.
Se acerca al alfa, se quita el saco y lo pone sobre su torso, deseando que sólo esté desmayado. Se siente temeroso de tomarle el pulso.
— Lo siento tanto, cariño. Estaba molesto, aturdido, y tenía mucho miedo. Tengo miedo. Por favor, despierta por la mañana —Continúa susurrando.
Pasa su mano por el cabello de Jeongin, llegando a sentir pequeños trozos duros y un cacho parecido a un bombón resbaloso en la parte trasera de su cráneo. Aleja la mano con inmediatez. Cree saber que es, y tocarlo le ha hecho sentir una ráfaga de electricidad subir por su brazo y deshacerse en su columna vertebral.
Tapa su boca con una de sus manos. Niega con la cabeza. Saca su celular y con la voz temblorosa le exige a la policía que envíen una ambulancia. Sin más, sale corriendo hasta dónde su resistencia le deje.
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Chan ha terminado con Minho desde hace largo rato.
El más joven se mantiene dormido y desnudo en la orilla contraria de la cama. Sin embargo, Chan una vez más es víctima del insomnio. Esta vez gracias a la pastilla estimulante que consumió un par de horas antes de ver a Seungmin, para estar alegre y relajado.
Sale de la cama y se coloca su ropa con más lentitud que un perezoso. Se siente exhausto. Camina hasta la primera máquina expendedora que observa, allí pide una botella de agua. Y en menos de dos minutos ya la ha terminado toda.
Lo único que Bang odia de las drogas es la necesidad de hidratarse después de usarlas.
Su celular cimbra en su bolsillo del pantalón, contesta mientras bosteza.
—¿Qué sucede?
—Tengo una situación, Bang —responde su chófer personal.
—Ya te dije que me digas Chan pero, cómo sea, ¿En qué te puedo ayudar?
— Lo siento si no ameritaba llamarte, pero lo ví solo. Y ambos sabemos que nadie hace trabajos en soledad. Mucho menos a esta hora de la noche.
Chan aprieta el celular a su oreja para escuchar mejor, incluso lo adormilado se le esfuma.
—¿A quién?
—No recuerdo su nombre y está demasiado ido como para preguntarle. Pero es el omega que llevaste hoy a la fiesta.
El alfa siente un vuelco en el estómago. Se culpa al instante, algo desde hace horas le decía que no debía haberlo dejado a la deriva; debió llamarle para preguntar dónde se encontraba, no sólo darlo por hecho.
—¿Está bien? ¿Dónde están? ¿Por qué está ido?
—Eh, sí, también la cuestión es que está cubierto de sangre. Suerte suya que lo encontré antes que un policía lo viera.
—¡¿Sangre?! Joder, Han, ¿El puto hospital está pintado o qué?
Han se queja en un suspiro. Sólo quiere llegar a casa a dormir, no recibir regaños de su jefe.
—La cuestión más grande, Chan, es que no es su sangre. No sé que estuvo haciendo en tu ausencia. Me asusta que pueda hacerme algo, así que estamos en la esquina de la casa. Siento mucho si es tarde pero, ¿Podrías venir a por él? Los sentí muy unidos y no supe a quién más acudir. En verdad lo siento.
—¡Haberlo dicho antes, Han! Para nada me molesta. Gracias por avisar. Llego en cinco minutos.
Sin más, Chan cuelga el teléfono y echa a correr hacia la única esquina de la casa, pues esta está ubicada en una calle cerrada.
Han y Chan se saludan con un movimiento de cabeza. El alfa abre la puerta trasera para encontrarse a Seungmin mirando por la ventana y ocultando sus manos bajo sus muslos.
—¿Seung? —. El omega gira el cuerpo hacia su dirección, y de un momento a otro su rostro se deforma dándole paso a una explosión de llanto y gimoteos en voz alta.
Chan sube a la camioneta junto a Seungmin, para atraparlo en un abrazo. El omega se aferra al cuerpo del alfa a la par de repetir que él no quería hacerlo. El alfa soba su espalda y susurra que todo estará bien.
—Lo siento pero, ¿Puedo irme? Mañana tengo que despertar temprano —Susurra Han.
—Sí, sí, toma las llaves del auto que quieras —. El beta asiente y da media vuelta.
—Sentí su... Su... Su... ¿Crees que esté muerto? —susurra.
—¿Quién, Seung? —. Chan no deja el tono de voz dulzón y comprensivo.
—En verdad no quería hacerlo, es sólo que por su culpa ya no podré ver a mamá. Porque si busco a mamá, la pueden matar.
A pesar que Chan ha vivido en el mundo de la mafia toda su vida, y sus manos no son las más limpias, está genuinamente confundido y asombrado por Seungmin.
—Está bien. Estarás bien conmigo a tu lado.
— Yo sólo quería desquitarme con una pelea, pero creo que estaba drogado en demasía como para defenderse. Dioses, lo maté. ¡Lo maté! —Grita. Se cubre el rostro con sus manos y se permite llorar.
Chan nota lo lastimado de sus brazos y manos, hasta el como su cola se mantiene esponjada y alerta.
El celular del alfa suena, haciendo que Seungmin alce el rostro y niegue con la cabeza como desquiciado. El mayor trata de calmarlo.
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speed (chanmin/seungchan).
FanfictionJeongin es un apostador compulsivo que comete un gran error con la mafia. Y Seungmin debe pagar las consecuencias. 《EN PAUSA HASTA NUEVO AVISO》