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El alfa quiere crear un vínculo con el omega, por lo que con pasos pequeños se acerca y le extiende la mano, pero el omega al sentir miedo por su proximidad le grita que se aleje. Limpia sus labios y se pone de pie, con porte amenazante. Chan da dos pasos hacia atrás.

Seungmin no lo ha intimidado, sólo quiere verse confiable y no asustarle más.

— No te haré nada que no quieras. Tranquilo —Habla con suavidad.

— Quiero mi libertad y me estás privando de ella, ¿Quién me garantiza que no me hagas algo más? —Exclama mezquino al sentirse amenazado.

— No tengo ganas ni energía para hacerlo. ¿No crees que si quisiese hacerte algo más, ya lo hubiera hecho? Quiero decir, me vomitaste la mano.

— Pude haberte avisado, si no fuera porque estabas tapándome la boca.

— ¿Lo ves? Puedes confiar en mí. Si usarás ese tono de voz con alguien más, no creo que siguiera con la distancia que exigiste a los gritos.

— ¿Te molesta mi tono? ¡Já! A mí me molesta que me hayan traído hasta aquí y no tener ni puta idea de qué sucede ni en dónde estoy.

— No me molesta tu tono. Sólo toma en consideración que otro no será tan amable cómo lo estoy siendo. ¿Amigos? —ofrece volviendo a estirar su mano.

— ¿Por qué tanta insistencia? ¿Por qué tengo que sentirme bendecido por que no me hayas hecho "algo más"? ¿Por qué se está privando mi libertad?

El alfa suspira cansado.
— Porque en este lugar vas a necesitar a alguien en quién confiar. Es mejor empezar a hacer amigos en lugar de enemigos.

— ¿Qué es este lugar, exactamente? Puedo darme una idea, pero no me agradan las suposiciones.

— Es una lugar dónde duermen y trabajan chaperos. Exclusivamente chaperos de excelente gama. Si me dejas podría enseñarte todo el lugar, con la única condición que no tratarás de escapar. No es mi decisión, es que si intentas escapar te pueden matar.

Seungmin alza ambas cejas.
— ¿De la nada? ¿Creen que tienen ese derecho?

— Sí, bueno, cualquiera que tenga una arma en sus manos cree tener el derecho. Sólo modera tu tono a uno más amable y trata de no escapar, tu tiempo aquí será viento en popa. ¿Te dijeron cuánto tiempo estarás aquí?

El omega se sienta en la orilla de la cama gracias una embestida de vértigo. Chan muerde su labio al sentir necesidad de ayudarlo pero prohibirse acercarse hasta que Seungmin lo permita.

—No sé nada —susurra.

— En ese caso, vayamos a con Felix para que nos oriente sobre lo que estarás haciendo aquí.

— ¿No puedo quedarme? Me siento muy mal.

— No lo creo. Tengo un presentimiento que intentarás escapar. Vamos.

— En verdad me siento mal.

— Iremos a con el médico también. Si quieres puedo tomarte de la cintura para ayudarte a caminar.

— Que conveniente —Susurra para sí mismo. El alfa frunce el ceño al no entender.

— ¿Qué?

— Nada. Que no aplastes mi estómago —. Chan suelta una carcajada y asiente.

Seungmin se acerca a Chan y su pulso se acelera. Tapa su nariz para disimular que el frutal olor del alfa le ha parecido encantador. Y se regaña mentalmente por saberse secuestrado y sólo pensar en lo agradable del aroma.

Así pues, ambos salen de la habitación noventa. Chan tomando a Seungmin de la cintura con mediana fuerza y el omega rezándole a cuánto dios se le ocurre para que su pierna no se quedé rígida lo que resta de su vida.

A quién visitan primero es a Felix, el cuál tiene su oficina ubicada ni bien pones un pie fuera del dormitorio de chaperos.

El rubio pecoso los hace pasar a la gran oficina vislumbrando alegría. Toma asiento detrás del escritorio lleno de papeles y botellas alcohólicas a medio acabar, mientras que los invitados se mantienen de pie. Seungmin arruga la nariz con asco al detectar cierta esencia característica que delata el pecoso estuvo hace poco teniendo contacto íntimo con otro.

— ¿Quién eres, precioso omega con ojos de cachorro? ¿Es tu nuevo omega, Bang? Ya decía yo que tu relación con Minho debía terminar. Me alegro por los dos. Sus facciones y auras combinan.

Seungmin frunce el ceño, pone los ojos en Chan pidiendo explicaciones pero este no le devuelve la mirada.

— No, Lix, veníamos a preguntarte cuáles son sus actividades del día. Quisiera invitarlo a la fiesta de esta noche, pero sabes cuánto le molesta a mi padre que le quite tiempo de trabajo a los chaperos.

El alfa pecoso junta el entrecejo y muerde su labio inferior preguntándose si el omega es de su área. Al no encontrar repuestas en su mente, enciende su celular para buscar el rostro del omega en su directorio; en el cuál tiene fotos e información de los noventa y nueve chaperos que comanda.

— No es de mis chicos, Bang. Y eso es un poco molesto, ¿Por qué está ocupando una recámara? Si llegase un buen chapero no tendría dónde dejarlo dormir —. Pone los ojos en blanco.

— Si no es de tus chicos ya no tenemos nada que hacer aquí. Gracias por tu tiempo, Lix —Despide acelerado, girando sobre sus talones y haciendo salir a Seungmin de la oficina.

El omega se mantiene en silencio y observando a su alrededor, se siente inseguro estando fuera de la habitación dónde despertó. Le parece increíble como el lugar luce como una enorme casa sin fin.

Tal y como dijo el alfa, se dirigen al consultorio del médico. Este da un diagnóstico rápido, le coloca suero vía intravenosa a Seungmin y pide un reposo de mínimo treinta minutos. El omega se siente mejor ni bien su espalda toca la delgada colchoneta de la camilla. Chan toma asiento a un lado de esta.

speed (chanmin/seungchan).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora