Two

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Gaeul está en crisis. A través de los años en la universidad Sunghoon había logrado que él y sus tres hijos sobreviviesen, pero cuatro bocas es una cosa, y treinta y dos, es otra completamente diferente.

Cuando encontró un trabajo decente y una remuneración conveniente, con ayuda de su mejor amigo Heeseung, pudo abrir un centro de refugio para gatos. Al principio fue sencillo, podía comprar comida, juguetes y todo lo que los cinco gatitos que consiguió necesitasen. Un año después, las cosas ya no son tan sencillas.

Sunghoon tenía su cabeza sobre sus brazos, recostado sobre la mesa y pensando que probablemente su sueño se estaba convirtiendo en una terrible pesadilla.

—Tengo que cerrar el refugio—. murmuró suavemente simplemente tratando de hacerse la idea.

—¿Qué?—. oh, cierto, Heeseung está aquí.

Levantando la cabeza y tallándose los ojos miró a su amigo que lo observaba con preocupación.

—Hay que dar a los gatitos en adopción, tengo que cerrar el refugio.

—No puedes Sunghoon, naciste para esto. Entiendo que estemos en un m-.

—Estoy, tú no, este no es tu problema—. Heeseung respiró profundamente al menos tres veces, quería darle un golpe al castaño, pero no lo haría porque quizá no era la mejor opción ahora mismo.

—Estamos, Sunghoon. Hemos estado juntos desde el principio. ¿No recuerdas aquella vez que me contaste tus ideas para hacer esto realidad? Pensabas en que no sería demasiado, quizá unos diez gatos incluyendo a los tuyos, pero sin embargo no se detuvo ahí—. pauso y miro al castaño—. Hemos crecido, haz crecido y no podemos simplemente cerrar el lugar porque estamos en una situación difícil.

Sunghoon sintiéndose sobrepasado por la situación, rompió en llanto.

—¡¿Y tú crees que quiero hacerlo?! ¡¿Crees que quiero ver a Sungie, Honnie y Nooni tristes porque perdieron a sus amigos?! No, Heeseung, ¡No!—. sorbiendo por la nariz y limpiándose agresivamente los ojos volvió a hablar, esta vez más calmado—. Pero ya no hay nada que podamos hacer. Ya no estamos obteniendo la ayuda que teníamos antes y nuestros bolsillos se están quedando vacíos. No podemos hacer préstamos porque luego no tendremos para pagarlos.

Heeseung se levantó de su asiento y se acercó al menor tratando de calmarlo y pasándole pañuelos de papel.

—Recuerdas aquella vez que te dije que quizá teníamos una opción, pero luego te dije que no se podía.

Sunghoon asintió suavemente, su cabeza enterrada en el pecho del mayor dejando manchas por aquí y por allá.

—Creo que ahora sí se podrá.

Sunghoon levantó la cabeza esperanzado recibiendo una sonrisa alentadora a cambio.

—Conozco a alguien.

Charity ★ JayhoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora