04│Mi pequeño Doie

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-Ah, papi...

Los labios de Johnny recorren su cuello con suaves besos, caricias húmedas sobre la piel del pelinegro que se aferra con las manos al cuello del mayor. Baja por sus claviculas, sus fuertes manos recorriendo la espalda de DoYoung bajo la camiseta, suaves gemidos acariciando sus oídos mientras Johnny embiste dentro de su Pequeño, suave, ondas rítmicas y lentas.

Sale casi por completo para volver a entrar, sacando así de la garganta del menor leves gimoteos de placer en vocales de "Ah, ah", sonidos dulces al reprimir DoYoung sus gemidos, pequeños "Mmhg, Aahhm" que le provocan sonrisas a Johnny, besando sus dulces labios rosados.

Es lento, suave, lleno de caricias y pequeño besos esparcidos en el cuerpo de DoYoung. Le besa los hombros, las claviculas y el cuello, subiendo por el contorno de su barbilla hasta el labio inferior, donde se detiene a admirar desde abajo, el rostro de ese ángel de cabello oscuro, sus labios semi abiertos, sus ojitos cerrados y mejillas sonrosadas.

Johnny le quita la holgada prenda del torso, DoYoung se deja hacer por Papi, quien de inmediato lo abraza para que no sienta frío. La oficina de Johnny está cerrada con llave por el tiempo que su Bebé esté ahí de visita, pero DoYoung sabe que deben ser discretos, porque "No está bien visto hacer el amor fuera de casa".

Pero eso no le importa, en lo absoluto. El hace el amor con Johnny siempre, cuando se toman la mano en el parque o se besan en la fila del supermercado. Cuando se sienta en el regazo de Papi a escuchar su día en el trabajo, mientras lo despeina con las manos. Cuando se dan los buenos días entre cálidas sabanas blancas o Papi le pone shampoo en su cabecita en la ducha. Para DoYoung y sus veintiún años de experiencia en la vida, "Hacer el amor" consiste en pequeños detalles, como besar la oreja de Papi porque "Eres el más guapo para mi, no escuches a toda esa gente mala, Doie te ama, Papi", contar sus pestañas cuando él despierta antes en las mañanas, comparar el tamaño de sus manos y susurrarle cuánto lo ama mientras se funden en uno solo.

-Te amo, mi dulce Doue... -Johnny le susurra contra los labios, acariciando los cabellos húmedos de su nuca-. Me haces tan feliz, mi ángel...

DoYoung sonríe, su respiración agitada y razón nublada por el placer en su cuerpo, cuando Johnny acierta en estocadas suaves y lentas en ese punto que lo hace delirar, que tan difícil le provoca contener sus gemidos altos, porque hay gente trabajando en la oficina de a lado.

-T-tambíen te ah... -DoYoung esconde su carita en el hombro del más alto, sus uñas encajadas en su espalda-. Te... Te amo, Pa-Papi...

-Shhh... -Johnny muerde sin fuerza el lóbulo izquierdo de DoYoung-. No queremos que nos regañen, bebé...

-Lo siento... -sus piernas, alrededor de la cadera de Johnny, tiemblan en cada embiste-. E-es que m-me me...

-Ya casi mi amor, aguanta por Papi... -Johnny se sujeta del escritorio, una mano al rededor de DoYoung sobre su piernas.

Ambos se deshacen en besos profundo, más necesitados y sensuales. Sus cuerpos casi llevados al límite, a punto de llegar al éxtasis conjunto, un paso más cerca en cada embestida ahora más rápida de Johnny. DoYoung se muerde una mano, intentando con creces no hacer mucho ruido.

-Eso es, eres mi niño bueno DoYoung... -Johnny le acaricia los muslos, sube hasta su erección y comienza ese delicioso vaivén sobre el miembro del menor, a punto de lograr el clímax-. Me encantas.. Do... Ah, er-eres una dulzura...

Al ritmo de su muñeca, Johnny entra dentro de DoYoung asegurándose de tocar ese punto que lo hace delirar. El pequeño se deshace en temblores, aprieta las piernas y se recarga en el hombro de Johnny cuando el orgasmo llega a su cuerpo, liberando en cuerdas blancas su éxtasis. Johnny le sigue, llenando de su esencia la funda de látex que decidieron usar para no hacer un desastre y ensuciar a DoYoung, ahí en medio de la oficina donde no podría limpiarse como merece.

La camisa blanca de Johnny es teñida del semen de su pequeño, manchando también su corbata negra un poco en el proceso, pero no le importa, no cuando tiene a DoYoung dormitando entre el sueño y el placer sobre su pecho. Johnny tiene otra camisa, puede cambiarse al salir juntos rumbo a casa después de seguir fingiendo que quien fuera su asistente becario en el pasado, ha ido solamente a buscar una carta de recomendación.

Johnny lo arrulla, pasando sus dedos por entre el cabello de DoYoung mientras sus respiraciones se ralentizan.

-Mi pequeño... -Johnny lo deja dormir, subiendo su ropa interior apenas en un movimiento rápido que no despierte a DoYoung entre sus brazos-. Mi dulce Doie...






















































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Daddy's Little Boy│JohnDo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora