08│Becario (Parte 4)

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Dejando su peso sobre la maleta y luchando para cerrarla de una vez por todas, DoYoung deja caer su cuerpo contra la tapa y a como puede, jala los cierres. Después de minutos de lucha bien recompensada cuando escuche el deslice, afloja la fuerza y suspira, soplándose el flequillo húmedo de la frente.

La parte más difícil de todo, no fue, por mucho, elaborar su maleta.

Después de discutir durante horas y en serena paz los términos de su relación así como los límites y, entendiendo Johnny (que le costaba un mundo llamarlo así, informal) la responsabilidad que significa la virginidad de DoYoung y su nula experiencia, todo fluyó de forma mucho más cómoda a como lo esperaba. No tuvo que presentar su renuncia y Seo le juró, tendría un puesto estable en la compañía en el momento que quisiera entrar, en el área de diseño y sin importar su situación personal como pareja. Llamó a su madre y le contó, a retazos, que salía con alguien y se habían formalizado, pero la mantendría al tanto de vez en vez. Haciendo su primer labor de investigación, pasó horas en Internet investigando de fuentes confiables más sobre el estilo de vida que planeaba adoptar y descubrió que Johnny manejaba un rol de 24/7, mientras que otros podrían ser solamente por encuentro, omitiendo todo lo sexual, enfocado a, etcétera. Definitivamente aprendió mucho, anotó también algunas cosas y se grabó dos o tres trucos. La sensación de plenitud con la que durmió esa noche, es incomparable, después de haber sido un buen niño e investigar y aprender mucho para hacer al señor Seo sentirse orgulloso de él.

Como pequeño placer culposo, DoYoung sonríe pensando en todas las posibilidades, en todo lo que puede vivir y aprender a lado de ese hombre y todo lo que definitivamente, quiere experimentar a su lado. Descubrir los aspectos más positivos de sí mismo y sentirse plenamente amado, es sin duda su parte favorita.

Los estantes y cajones están vacíos, en el perchero solo hay dos ganchos vacíos y algunas bolas de pelusa donde estuvieron los zapatos antes. Los muebles en la sala están cubiertos de sábanas y plástico, los anaqueles de la cocina vacíos y la vajilla en cajas, su cama hecha y limpia y su corazón desbocado cuando el timbre suena y sabe, que han llegado a recogerlo.

Se pasa las manos por el cabello húmedo, ya limpio después de semejante empaque donde quedó cubierto de polvo y se sacude los pantalones de mezclilla con las palmas. El suéter color rosa con frases en francés le cubre del frío del atardecer y respira bien hondo, dispuesto a comenzar con el pie derecho.

"No estás obligado a nada, por eso puedes probar durante una semana y si no te gusta, regresarás al trabajo sin problema alguno"

Pero, ¿qué podría no gustarle? El señor Seo siempre fue y ha sido amable y considerado, incluso en todas sus exigencias cuando lo retuvo horas y respondió absolutamente todas sus dudas, por más patéticas que sonaran. La idea de que algo podría serle desagradable o incómodo simplemente no figura, mientras arrastra sus maletas hasta el ascensor.

Cuatro pisos abajo, una camioneta totalmente negra espera aparcada en la acera del frente al castaño, quien tirando de dos maletas con ruedas y con una mochila a la espalda, le sonríe al señor Seo, vestido de un conjunto deportivo casual, sin perder la clase ni elegancia. Johnny se apresura a ayudarlo, cargando en ambas manos como si se tratara de plumas, sus maletas hasta la cajuela.

-Buenas tardes -le saluda, cerrando la cajuela-. ¿Está todo listo?

-Sip -DoYoung le sonríe, sus ojos cerrados cuando se levanta de puntitas y le da un beso en la mejilla al mayor, pintando sus mejillas de un rosa adorable. Se ríe bajito, cubriendo su boca con ambas manos-. Buenas tardes.

Johnny lo observa caminar a la puerta del copiloto, con la mano sosteniendo su mejilla ardiendo y una dulce media sonrisa. Le abre la puerta, le ajusta el cinturón recibiendo un "gracias" canturreado y emprenden camino, hacia la casa del empresario.

Daddy's Little Boy│JohnDo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora