25│Cachorrito

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Cuando Rocky llegó a casa, DoYoung estaba recostado mirando televisión mientras abrazaba su manta preferida. El pequeño estaba todavía adolorido por la reciente cirugía a la que tuvo ser intervenido a causa de las muelas del juicio, ¡realmente había sido un calvario para él! Y el pobre DoYounggie tuvo que sentarse en una silla de odontólogo por tres horas para que le quitaran la muela que le daba tan horrible dolor de cabeza y de la que por supuesto, Papi tomó cartas en el asunto llevando a DoYoung al médico tan pronto su bebé le dijo al morder un caramelo "¡Papi, me duele mi boquita!".

DoYoung regresó a casa con la boca llena de algodones y gasas y su peluche favorito entre los brazos, sujeto del cinturón de seguridad en el asiento del copiloto. El doctor dijo nada de dulces por al menos una semana y DoYoung quería soltarse a llorar en ese preciso instante, con todavía la anestesia en su sistema haciéndolo sentir torpe y pesado. En realidad dijo que nada de sólidos en general pero para DoYoung eso significaba sopa de pollo con fideos por una semana entera y sería muy, muy triste para su existir. Al menos tendría jugo de manzana y mucho helado de limón, ¡eso sí que era fantástico!

Apenas llegaron a casa, Johnny se aseguró de llevarlo en brazos y con mucho cuidado depositarlo en la cama. Le dijeron que DoYoung no debía exponerse al frío debido a la anestesia y se aseguró de taparlo muy bien para mantenerlo calentito y tranquilo. Le colocó las almohadas como le indicó el doctor y lo llenó de besos en esas mejillas hinchadas que tan adorable lo hacían ver. Johnny se ocupó de todo: desde llevar a su habitación los peluches de DoYoung y sus mantas preferidas hasta de dejar listo el sofá cama en la habitación para dormir juntos como todos los días, sin riesgo de lastimar a su pedacito de cielo.

Quizás estaba exagerando pero la culpa la tenía el dentista por salir de la intervención con la bata cubierta de sangre y con un adolorido DoYoung que sollozaba en la silla. Al hombre casi se le sale el corazón de ver la escena mientras el dentista muy tranquilo expedia una receta con analgésicos e antiinflamatorios.

El primer día DoYoung durmió sin interrupciones y Johnny se dedicó a vigilar su sueño, leyendo con la lámpara de noche en el buró, miento, leía en lo que sería su cama los próximos tres días. Al despertar el pequeño estaba hambriento y Nana le preparó con mucho amor su sopita, ayudando Johnny al menor con paciencia y devoción, llevando el jugo con un popote azul con muchos giros para hacer más ameno el rato a DoYoung y funcionó, porque apenas vio el popote sonrió detrás de sus manitas, avergonzado de su apariencia en ese momento.

Le contó un cuento, recostados en la cama rodeados de almohadas y con la luz baja hasta que DoYoung se quedó dormido presa de los analgésicos sobre el hombro de Papi.

Al tercer día DoYoung podía levantarse sin problema alguno de la cama y no necesitó ayuda de Papi para limpiarse la herida suturada que ya comenzaba a sanar, aunque Johnny no le permitió hacerlo solo y se mantuvo en la puerta del baño por si algo ocurría. Tomaron una larga ducha juntos y DoYoung, con menos gasas dentro de la boca, intentó de verdad hablar con Papi pero se terminaba riendo a carcajadas de escucharse a si mismo.

Esa misma noche, mientras le secaba el cabello, DoYoung le pidió ver una película de "cachoditoth" y buscaron en el catálogo virtual una que fuera del agrado del pequeño. DoYoung estaba tan radiante, con los ojitos brillantes y Johnny se decidió mentalmente en llevarle un peludito compañero a su bebé la próxima tarde. Había Sido muy valiente y merecía una recompensa.

Así que llamó a SeulGi y la mujer le anunció contenta que había cachorritos en la clínica listos para ser adoptados después de quedar huérfanos al nacer. Johnny tomó las llaves y una chaqueta para salir a la clínica veterinaria de su amiga de la universidad en busca de el nuevo amigo de DoYoung.

Le puso un collar azul cielo con un moño de tela en la parte posterior y lo escondió entre su chaqueta, llevando con cuidado en su pecho al animalito hasta la habitación donde DoYoung miraba la televisión abrazado de una suave manta con dibujos de nubes.

-¿Mi cielo? -Johnny se asoma por la puerta, manteniendo al cachorro lejos de la vista del menor-. ¿Cómo te sientes?

DoYoung lo recibe con una gran sonrisa y las manitas extendidas-. ¡Mejor! Nana me dijo que descanse de los algodones un ratito... -el chico se masajes con cuidado las mejillas-. Me duele mi cara...

-Mi pequeño... -Johnny sonríe con tristeza-. Ya falta menos, lo estás haciendo muy bien.

DoYoung asiente con los ojitos cerrados-. ¿Vas a volver a salir, Papi?

-Nop -Johnny acuna al inquieto cachorro entre sus manos, aún escondido-, ya no. Fui a buscar un regalo para un pequeño precioso... -DoYoung brinca sobre el colchón, todavía sentado y con ojitos brillantes-. ¿Sabes quién es?

-¡Soy yo, soy yo! ¡Papi tiene un regalo para mí!

Johnny se sienta al filo de la cama y DoYoung gatea hasta él, curioso-. Debes prometer que vas a cuidarlo y amarlo mucho, ¿de acuerdo?

DoYoung asiente, contento y extiende ambas manos con los ojos cerrados. Cuando los abre, un pequeño perrito color café oscuro y con el pelo esponjoso lo mira desde abajo, con la lengua fuera y grandes ojos brillantes. DoYoung lo sostiene con cuidado y sin poder esperar más, lo abraza contra su mejilla, hundiendo los dedos en el suave pelaje.

-¡Es hermoso, Papi! -y sobre sus rodillas, se aproxima hasta Johnny para abrazarlo aún manteniendo al cachorro en una mano-. ¡Gracias, gracias, gracias!

Y Johnny se ríe, abrazando a su bebé y recibiendo muchos "besos de cachorrito" de esos labios rosas que tanto le encantan, mientras el pequeño frota su nariz con ternura contra su mejilla.

Daddy's Little Boy│JohnDo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora