LLÉVATE LAS MANOS A LA CARA Y LLORA DE VERGÜENZA -LUMITY ADAPTACIÓN-

Cap 21. "C-A-S-A/D-E/M-U-Ñ-E-C-A-S"

🚩🚩🚩🔞🚩🚩🚩
SI ERES SUCEPTIBLE, NO LEAS ESTE CAPÍTULO

Mientras se preparaban para salir el día de Año Nuevo, Amity estaba tan fría como lo había estado los tres días que habían pasado desde que llevó el vestido a casa. Luz estaba dando los últimos toques a su cabello. Amity entró en el dormitorio para buscar en su joyero un alfiler de corbata. Desde detrás, estaba tentadoramente atractiva, el traje negro, de corte formal y doble abertura trasera. A Luz le gustaba cuando Amity modelaba sus vestidos, pero verla con un traje justo como el día de la boda, no le parecía para nada desagradable. Ver esa otra cara de la moneda también era bien recibida.

La Alfa dio la vuelta y descubrió a Luz examinándola.

-Ya casi estoy lista. Perdóname -dijo, pasando por delante de la morena.

-Ya veo. No hay problema, Amity.

Amity no contestó, solo fue hacia el espejo para ensartar la aguja del alfiler en la tela de su corbata.

-Siempre te las arreglas para parecer un anuncio de CHANEL –la elogió Luz.

-Gracias -replicó Amity gélidamente.

-Y el vestido es de mi talla, ¿ves?

-Me alegro.

Luz se sintió dolida por su indiferencia.

-Amity, apenas me has hablado toda esta semana. ¿Pasa algo?

-Si no sabes lo que pasa, no voy a gastar saliva explicándotelo.

Luz sabía muy bien lo que pasaba, pero era duro para ella pedir disculpas.

Amity no conseguía cerrar el broche del alfiler y murmuró:

-Maldita sea...

-Amity, sé que algunas veces parezco una desagradecida, pero no lo soy. Y tú y yo teníamos un acuerdo antes de casarnos.

-Claro. ¿Por eso estás aquí ofreciéndome cumplidos? ¿Por qué de repente merezco un aplauso por cómo me visto?

-Porque es la verdad, eso es todo.

-Luz, no, ¿sí? Ya no sé cómo tratarte. Has dado vueltas a mi alrededor durante semanas, como si yo fuera una extraña a quien no hubiera que dirigir ni la palabra. Y cuando finalmente te decides a hablarme, es para decirme que estás preocupada de engordar demasiado porque eso te impedirá conseguir a otro Alfa cuando vuelvas al mercado. ¿Cómo crees que me hace sentir eso, cuando me has tratado como si llevaras un cinturón de castidad cada vez que me acerco a ti?

-Amity, ¿qué te pasa?

-¿Quieres saber qué me pasa? -le gritó, acercándose a ella-. Lo que me pasa es lo que pasaba la semana pasada, y la anterior, y la anterior. ¡Estoy caliente! ¡Eso es lo que me pasa! Querías la verdad, ¿no? ¿Y sabes por qué estoy así? Porque tengo a una omega que me besa, y me excita, y que luego no me deja tocarla, y que, para colmo, me habla de otros Alfas. ¿Sabes lo que eres? -Luz nunca había visto a Amity tan enfadada. Su cara al rojo vivo-. Tú, señorita Blight, eres una... -Pero incluso tan enfada como estaba no pudo decirlo.

-¿Qué? -le gritó Luz-. ¡Termina! ¡Dilo!

Pero Amity tomó el control de sí misma y se dio la vuelta, colocándose finalmente el alfiler y ajustándose el nudo de la corbata.

-Mis padres me enseñaron a hablar con respeto, así que me abstendré de usar ciertos términos...

-¡Cómo te atreves! ¡Eres una bastarda!