Camila abrió un ojo. El otro parecía un huevo escalfado. Su boca trató de hacer un gesto de dolor, pero no pudo.
-¿Mamá? -susurró Luz.
-¿Luz? -Los labios de Camila estaban todavía grotescamente hinchados.
-Has estado dormida durante mucho tiempo.
-¿Sí?
-Shh, no te muevas. Trata de descansar. Tienes dos costillas rotas y si te mueves te dolerá.
-Estoy cansada –la vieja omega respiró y cedió, dejando que su ojo se cerrara nuevamente. Pero incluso estando tan casada había observado algo que le hizo abrir el ojo otra vez-. Has estado llorando.
-Un poco. No te preocupes por mí, preocúpate por...
Pero las lágrimas inundaron los ojos de Luz otra vez, abrasando sus párpados hinchados. Camila lo vio y extendió una mano. Luz la tomó, y notó sus pequeños huesos de gorrión y la poca fuerza que su madre tenía. La misma impotencia que había sentido Amity la noche anterior, ahora asaltaba a Luz.
-No te he visto llorar desde que eras una pequeña -susurró Camila, tratando de apretar más fuerte la mano de su hija.
-Me di por vencida hace mucho, mamá, o no habría estado haciendo otra cosa todo el tiempo.
-No es bueno darse por vencida.
-No, no lo es -Luz tragó saliva-. Mamá, no tienes que hablar.
-Buena cosa: tú diciéndome que no tengo que hablar, yo diciéndote que no tienes que llorar. Supongo que ha llegado el tiempo de que las dos lo hagamos.
-¿Por qué no esperas hasta que te sientas más fuerte?
-He esperado diecinueve años hacerme más fuerte.
-Mamá, por favor...
Una delicada presión en la mano de Luz la silenció. Camila habló con esfuerzo.
-Escucha. Soy una omega débil, siempre lo fui, y tal vez me lo tengo merecido. Tengo que contártelo. Al principio, cuando me casé con él, Belos era bueno conmigo. Cuando Hunter era pequeño..., deberías haber visto a Belos, no lo habrías conocido. -Cerró los ojos, descansando un momento antes de continuar-. Y, entonces, estalló la guerra en el golfo y Belos estaba en la reserva. Cuando llamaron a su unidad al servicio activo, me imaginé que regresaría inmediatamente. Pero fue peor de lo que pensábamos, y estuvo fuera dos años. Vio muchísimas cosas en esos dos años. Vio lo suficiente como para que volviera a casa gustándole demasiado la bebida. Sin embargo, podía haber acabado superando su afición por la bebida, lo que nunca superó fue encontrarme esperando un cachorro cuando llegó a casa.
Luz se preguntó si había comprendido bien las distorsionadas palabras de Camila.
-¿Un...un cachorro?
La habitación quedó en silencio. El único ojo abierto de Camila miraba fijamente al techo.
-Sí, un cachorro. Eras tú, por supuesto.
-¿Yo?
-Te dije que era una omega débil. -El ojo de Camila lloró.
-¿Yo no soy su hija?
La cabeza magullada de Camila se movió débilmente de una parte a otra de la almohada mientras una expansiva sensación de libertad comenzó a fluir en el interior de Luz.
-No fue su culpa, Luz. Él nunca pudo olvidarlo, ni a ti tampoco.
-No lo comprendía, hasta ahora.
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LLÉVATE LAS MANOS A LA CARA Y LLORA DE VERGÜENZA -LUMITY ADAPTACIÓN-
RomanceAlfa y omega... Luz Wittebane y Amity Blight procedían de mundos diametralmente opuestos, pero una cita a ciegas las unió para siempre. Amity, una alfa estudiante de leyes, y Luz, una omega seria estudiante universitaria, alentadas por la belleza d...