Cautivo

⁷

𝐌𝐈𝐎

—Vas a levantarte, ahora —dijo una vez más el lord

—Obligame —retó y justo escuchó a Tom gruñir molesto, algo que realmente le causó una ganas de reír pero luchaba por no hacerlo.

Esperaba que usará un hechizo o lo imperiara justo ahí pero le sorprendió realmente cuando Tom se sentó a su lado e inclino su cabeza para pisarla en sus rodillas y mirarlo a los ojos. Esos ojos rojos tan penetrantes, nunca había visto algo como ellos en su vida, nada igual de verdad, Tom era único.

—¿No vas a obligarme? —preguntó confundido y se quedó estupefacto cuando escucho sonar la risa del mayor, una risa serena, nada parecida a la que escuchó cuando despertó de su desmayo. Una risa real— ¿Que te causa tanta gracia?

—Severus me dijo que eras masoquista pero en serio no creí que tanto,  —contestó acercando su cuerpo más hacia el de Harry y notando como rodaba los ojos— no voy a obligarte a hacer algo que no quieres.

Esta vez era Harry quien reía con incredulidad, casualmente el hombre con el que estaba sentado en ese momento era la causa por la que había hecho cosas que no quería, era el culpable de tener que aguantar muchas pérdidas en su vida y era totalmente ridículo que en ese momento el dijera que no lo quería obligar a nada, era irónico que le resultará tan agradable su compañía en ese momento.

—¿Entonces no es importante que te acompañe? —preguntó evadiendo sus propios pensamientos y recostandose en el suelo.

—No en realidad no —se desató un gran silencio entre los dos, era cómodo, solo se escuchaba el sonido del viento golpeando las hojas y la luz del sol ocultandoce detrás de las nubes y la aurora boreal asomándose— esto es cómodo—susurró, tirándose al lado de Harry que mantenía sus ojos cerrados y movía su cabeza de arriba hacia abajo en concordancia con el mayor.

Se permitió observar el perfil del chico, sus pequeños poros en una piel realmente linda y las pestañas que se mantenían al límite de sus mejillas sonrojadas por el sol. Harry era perfecto para él, no permitiría que lo apartaran de su lado y si era necesario engañarlo no dudaría en hacerlo aún que en el fondo sabía que si se enteraba sería el primero en huir de él.

—¿Me dirás qué es lo que hacemos aquí? —preguntó Harry.

—Estamos pasando tiempo —respondió.

—¿Juntos? —su nerviosismo se reflejaba en su voz y un escalofrío lo recorrió cuando la mano de Tom rosó la suya y la apretó.

—Al parecer —dijo en respuesta— ¿Te molesta?

—Me sorprende en realidad —no hizo falta que le mayor le preguntara el por qué debido a que se puso de lado para ponerle más atención; su respiración se cortó cuando la mano de Tom quedó en su estómago— hace días estabas diciendo que te resulto muy estresante, me parece contradi.. contradictorio que quieras pasar tiempo conmigo.

—También he dicho que eres simpático —el ojiverde frunció el seño y lo miró confundido por qué nunca había dicho eso en realidad— en mi mente.

—Pues también has dicho...

—Cállate, se muy bien lo que eh dicho y lo que eh guardado para decir después —respondió y Harry soltó una risa— a mí no se me escapa nada.