Cautivo

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𝐇𝐀𝐘 𝐀𝐋𝐆𝐎 𝐌𝐔𝐘 𝐑𝐀𝐑𝐎 𝐄𝐍 𝐓𝐎𝐃𝐎 𝐄𝐒𝐓𝐎

Las mañanas en las que volteba a ver a su lado y encontraba a Harry eran las mejores, la forma en la que el sol golpeaba su rostro y este hacía resaltar sus pestañas y cejas era una imagen única. Se preguntó entonces cómo es que en algún momento había considerado una amenaza a ese ser tan perfecto y tierno que estaba a su lado en la cama.

Lo observó dormir unos segundos más, delineaba sus labios y lo acurrucaba más en su pecho, en respuesta el ojiverde se acurrucó más.

—Eres tan malditamente perfecto —susurró contra su pecho haciendo que Tom soltara una risita—¿cómo lo logras?

—Solo estás demasiado enamorado de mí —respondió con suficiencia.

—Creo que te tengo demasiadas ganas ahora mismo —dijo con diversión y llevando su manos hasta el cabello de Tom— voy a besarte.

—Tu puedes hacerlo que sea conmigo, no necesitas avisar.

Supo que lo que había provocado cuando el menor sonrió dentro del beso y adentró más su lengua, fundiendolos en una sesión de toqueteo mañanero.

—Estas muy atrevido hoy, —susurró, Tom— no es que me moleste pero me sorprende.

—Si bueno, —contestó pasando sus manos por sus hombro— vaya suerte la tuya.

Antes de continuar con su coqueteo y de que Tom le regalara más sonrisas que solo el tenía derecho a ver, un estruendo les  llamó la atención y ambos salieron corriendo hacia el piso de abajo apenas con unas túnicas sobre sus cuerpos y lo que vieron los dejo con la boca abierta.

—Harry... —suspiró aliviado el pelirojo que estaba siendo sujeto por Bellatrix Lestrenge.

—Ron..

Tom miró la escena con atención y por como su chico veía al pelirojo no tardó en darse cuenta de que era su mejor amigo.

—¿En donde lo encontraron? —preguntó caminando hasta Harry y tomándolo del brazo.

—Estaba en los jardines, llegó con un elfo y este depsues se fue.

—Suéltalo —dijo entre dientes, Harry hacía la mujer que mantenía sujeto a su mejor amigo y no ejercía ningún movimiento.

Volteó a ver a Tom que hizo un ademan para que el pelirojo fuera soltado pero la pelinegra estaba renuente a eso, así que sin previo aviso Harry le lanzó un hechizo aturdidor que dejó a su mejor amigo libre. Tanto Tom como Ron se quedaron sorprendidos por la acción de Harry pero poco les importó después.

Los demás mortifagos apuntaron a ambos gryffindor los cuales ya se habían fundido en un abrazo.

—Larguense todos  —ordenó impaciente el ojirojo mientras miraba como el intruso se apegaba al cuerpo de su pareja— ¡ahora!

Los súbditos se retiraron dejando a los cuatro hombres en el salón de reuniones, tanto Harry como Ron estaban en estado de shock.

—Por Merlín, Ron —susurró contra su hombro— pudieron haberte hecho daño.

—También te extrañé, hermano.