TEMP 2: UNO

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1 mes después...

Había pasado un mes desde la muerte de Caín, o más bien conocido como teniente Marcus Pierce. También de la lamentable muerte de Charlotte Richards y desde el día en que Chloe y Bella supieron la verdad de Lucifer.

Chloe estaba aterrada. Bella estaba fascinada.

— ¿aún no han vuelto? — preguntó la pequeña niña mientras comía cereal con leche en el sofá del penthouse.

— allí está un escritorio que no uso, puedes usarlo de mesa. — Bella se levantó y caminó hacia el viejo escritorio. — no, aún no.

— ¿cuándo volverán? — preguntó quejándose, extrañaba a Chloe y a Trixie, quienes se habían ido de viaje desde hace un mes a Europa.

— no lo sé, diablilla.

— ¿es cierto lo de Adán y Eva?

— ¿qué? — preguntó Lucifer mientras Maze iba saliendo del elevador.

— que seduciste a Eva para que comiera el fruto prohibido, creo que era una manzana.

— en verdad era una larga banana. — respondió divertido.

— amo ese tipo de comentarios pero, por favor, tiene cuatro.

— cinco. — corrigió la pequeña.

— lo que sea, hola diablilla.

— hola Maze. — siguió comiendo. — ¿y tú tienes una cara demoníaca como papá tiene la diabólica? — preguntó curiosa.

— llevas un mes haciéndome esa pregunta.

— pero jamás me respondes la pregunta. — se quejó. — la cara diabólica de papá no me asusta, tampoco me asustarás.

— sólo muéstrale la cara. — se la mostró.

— está mejor la de papá. — Lucifer sonrió victorioso.

— sólo lo dices porque es tu papá y tienes privilegios.

— ¿cómo cuáles?

— eres la princesa del Infierno.

— ella no es nada mientras yo no sea el rey del Infierno, sólo es una pequeña diablilla angelical.

— y soy nieta de Dios, sí cierto. — se puso a pensar en voz alta.

— ¿la puedes cuidar hoy? Hay un caso.

— Decker no ha vuelto.

— aún sigo siendo asesor de la policía, adiós diablurilla.

— adiós papá, te amo. — el hombre se detuvo al escuchar esas dos palabras.

— ¿qué dijiste?

— te amo, papá.

— yo... yo también te aprecio mucho, Bella. — respondió nervioso y se fue.

— eso debió doler. — susurró Maze.

— apenas llegué hace mes y medio, lo entiendo.

— eres demasiado madura para tener seis.

— cinco — volvió a corregir. — y recibir una bala en la cabeza hizo que lo fuera... la escuela también.

— ¿ya estás lista para la escuela?

— sí.

— ¿quieres ir en la moto?

— me ofende la pregunta. — Maze rió, era una mala influencia para la angelita.

Una pequeña diablilla angelical [Lucifer Morningstar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora