TEMP 2: TRES

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Después del difícil día que habían tenido, fueron a comer al lugar que Bella quisiera y volvieron al penthouse.

— ¿y todo eso? — preguntó la pequeña mirando varias cajas.

— esa de allá es una cama que luego armaremos, mandé traer algunas cosas tuyas de tu casa. — corrió hacia la habitación y vio en la esquina su casa de muñecas y su caja de juguetes.

— ¡Melody! — gritó al ver a la muñeca y corrió hacia ella, aunque le dolía todavía la cabeza. — la había perdido, ¿cómo...?

— uno de los hombres la encontró, supongo que es especial.

— sí, es la primer muñeca que mi mamá me regaló, la tengo desde que soy bebé. — el Diablo la miró con una sonrisa triste. — ¿se puede llamar Melody Morningstar?

— ¿otra Morningstar? Oh Dios... — la niña rió. — claro. — respondió sonriendo. — por ahora sólo descansa, tuviste dos días muy difíciles, mi niña.

— pero no tengo sueño.

— pero yo sí, anda, luego me ayudarás a hacer tu cama.

— no duermo sola.

— en algún momento lo harás, hay otra habitación por el vestidor, allí será tu habitación cuando seas más grande. — Bella sonrió, el cambio en Lucifer hacia ella se notaba demasiado pero las palabras de Decker no dejaban de retumbar en la mente de Lucifer, el "sé el padre que hubieras querido tener".

A partir de hoy le daría una buena vida a esta pequeña ángel, la que merecía desde un principio.

— entonces... ¿eres el Diablo?

— sí.

— ¿torturas a la gente?

— sólo a la que hace cosas malas.

— pero estás en Los Ángeles, ¿cómo lo haces?

— ¿sabes qué son los demonios? — asintió. — ellos se encargan de hacerlos sufrir.

— ¿y te gusta eso? — le preguntó mientras el hombre la ayudaba a quitarse con cuidado la blusa.

— la verdad no, por eso vine a L.A., para ya no encargarme de esas cosas.

— ¿entonces el Diablo es bueno?

— ¿qué te enseñaron sobre mí?

— que hiciste una rebelión contra Dios, eres malo, te gusta hacer sufrir a la gente y que los haces hacer cosas malas.

— nada de eso es cierto, yo no los incito a hacer nada, ellos mismos hacen lo que quieren y luego me culpan a mí. — respondió herido mientras ayudaba a su hija a ponerse otra blusa limpia, la que traía antes estaba manchada de sangre.

— lo sé, toda la semana he visto que ayudas a la policía a resolver casos, eso es una acción buena. — él sonrió. — entonces... ¿eres un ángel caído?

— sí.

— ¿soy un ángel?

— mitad ángel y mitad humana. — Bella asintió tratando de analizar todo.

Una pequeña diablilla angelical [Lucifer Morningstar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora