TEMP 6: ONCE

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La mujer mitad ángel llegó al lugar situado entre la 10 y Swanson, lista para rescatar a su hermanita del asesino.

Al primero que vio, lo atacó pero este sacó una cuchilla y la atacó devuelta.

— no lograrás hacerme daño. — el hombre la miró burlón y logró cortarla en el hombro, lo pateó alejándolo, sacó sus alas y le lanzó una de sus plumas de cristal directo al pecho, hiriendolo de gravedad. — ¿dónde está? — preguntó furiosa, mostrando su cara diabólica y sin saltar una palabra él le encajó la cuchilla en el tobillo, no entendía cómo es que una cuchilla podía lastimarla. Esta vez no dudó en matarlo. Se sacó la cuchilla y la miró, era una pluma de las alas de Rory. — demonios... — se levantó y siguió caminando, buscándola pero se encontraba con más personas de Le Mec que no dudó en matar.

— ¿Sam? — escuchó detrás de ella, eran sus padres. — oh Dios... — la rubia se espantó al ver su cara diabólica y verla cubierta de sangre, no tan sólo de la ropa, también de sus alas que ahora eran de cristal negro.

Y eso no era lo peor, siempre que usa su cara diabólica, esta no aparece por completo, sólo algunas llamas y sus ojos rojos pero esta vez... esta vez había aparecido por completo.

— ¿por qué están aquí?

— por Rory y por ti. — el Diablo se acercó a ella lentamente y la abrazó con cuidado, haciendo que su hija guardara las alas y la cara diabólica desapareciera. — ay mi niña...

— no debiste venir.

— tampoco ustedes, especialmente tú, papá, ¡por eso vine, para que nada les pasara! — se separó de su padre. — yo puedo salvar a mi hermana.

— no lo dudamos pero eres mitad ángel igual que ella, tienes las habilidades de él y las vulnerabilidades de mí, son iguales.

— no soy igual a ella. — empezó a caminar lejos de ellos. — soy peor... — admitió luego de lo que acababa de hacer, se detuvo y los miró. — vuelvan a casa, Trixie los necesita, no puede estar sola. — les pidió usando su poder. — no hay tiempo que perder.

— no va a funcionar esta vez. — dijo su madre pasando por su lado.

Los tres siguieron buscando, lastimando a diestra y siniestra a quien se interpusiera en su camino.

— buen trabajo, compañera. — le gritó gritó su novia, quien acababa de dejar inconsciente a alguien, detrás de él llegó su hija.

— ¿mamá? — se volteó, tenía una pluma fuscia enterrada en el hombro.

— Chloe... — los miró asustada pero retomó su postura.

— estoy bien.

— no estás bien, mamá.

— lo estoy.

— no, no lo estás, Chloe, no te dejaré.

— no te vayas de su lado, iré por Rory.

— sabemos que hoy no voy a morir, ¡estoy bien! Ve por ella.

— yo me quedo con ella.

— pero el fuego...

— vinimos a salvarla, ¡por favor, ve!

— la traeré devuelta. — la besó.

— ¡ve! — la azabache se acercó a ella, la tomó de la mano y besó la palma, no quería lastimarla más. Unos minutos después escucharon un grito.

— ¡papá!

— ¡ve! — se levantó rápido y corrió, vio cómo su hermana tenía tomado del cuello a Le Mec y su cara diabólica estaba poco a poco apareciendo, no intervendría a menos de que pasara algo malo y se quedó escondida.

Una pequeña diablilla angelical [Lucifer Morningstar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora