4. Accidente accidentalmente accidentado

137 30 41
                                    

—A despertar, el aseo no se hace solo —exclamó Nilsa entrando a la habitación de Naomi, abriendo de par en par las cortinas—

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—A despertar, el aseo no se hace solo —exclamó Nilsa entrando a la habitación de Naomi, abriendo de par en par las cortinas—. El día esta radiante, ¿No crees?

El brillo del sol cegó por completo a Naomi, quien lanzó un quejido de molestia mientras cambiaba de posición para poder seguir durmiendo.

—Levántate mocosa —advirtió su madre, quitándole la frazada de encima—, te doy 10 minutos para que bajes a desayunar, de lo contrario...

Salió de la misma forma abrupta en que entró, dejando la frase inconclusa y en el aire. Resignada y temerosa, salió de su cómoda cama para ducharse y bajar antes de ser castigada con crueldad. Un nuevo día de aseo incansable la esperaba, aún le sorprendía la cantidad de mugre que podía entrar en tan poco tiempo a la casa, por lo que todos los días sin excepción se hacía la limpieza.

—Hola nena, ¿Cómo sigue tu pie? —saludó Félix.

—Sin dolor, hasta podría correr —sugirió Naomi sonriente.

—Me encanta que tengas tanta energía —comentó Nilsa con sarcasmo—, la necesitaras para hacer tus deberes.

—Le quitas lo divertido a la vida, mujer —replicó Naomi.

Desayunaron en calma, comentando y riendo como siempre. Las charlas durante las comidas siempre variaban de tema, el trabajo en bienes raíces de sus padres, la escuela y cualquier otro que esté en vigencia, como su pequeño encuentro con Jeimmy.

—¿Qué tal está Jeimmy? —preguntó Nilsa de forma inesperada.

Naomi miraba a su madre analizando su expresión, la sorpresa por aquella pregunta casi hace que escupiera su café, pero al parecer su padre esperaba algo así, ni se inmutó ante tal cuestionamiento.

—¿Por qué debería saber eso? —preguntó Naomi desconcertada.

—No sé, tal vez has seguido hablando con él desde de tu pequeño accidente —contestó Nilsa—, fue muy amable al ayudarte.

—Lo fue y ahí queda, eso no significa que seamos amigos.

—Naomi, cariño —interrumpió su padre—, deberías intentarlo, ¿No crees?

—No otra vez, por favor —suspiró Naomi, sabiendo a donde querían llegar.

—Se ve que es un buen chico, no dudó en ayudarte sin siquiera conocerte, creo que se merece una oportunidad —continuó Félix—. Tú deberías darte una oportunidad, sabes que no me gusta verte sola.

—Pero ya estoy acostumbrada a estarlo, y así es mejor —su fastidio fue evidente en el tono de su voz.

—Está bien, no insistiremos más —comentó Nilsa—, por ahora...

—¿Perdón? —exclamó Naomi— ¿Cómo que por ahora? ¿Qué están tramando ustedes?

—¿Ustedes? —dijo Félix— Me sacas de ese costal.

✅Sangre Mestiza I [Saga Mestiza Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora