11. Todo lo que tú nunca tendrás.

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Luke no la soltó hasta llegar al parqueadero de la escuela alegando tener mayor seguridad, ignorando las múltiples quejas, amenazas y reproches de Naomi

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Luke no la soltó hasta llegar al parqueadero de la escuela alegando tener mayor seguridad, ignorando las múltiples quejas, amenazas y reproches de Naomi.

—Gracias por ayudarme, Grace —se quejó con sarcasmo—, me encanta tu compañerismo.

—Es que se veían tan bonitos —contestó burlona.

—¿Cierto que sí? —intervino Luke coqueto abrazándola por la cintura.

—Cierto que no, ahora suéltame, baboso —replicó Naomi, para luego dirigirse a una muy divertida Grace—, y tú no lo apoyes. ¿Quieres?

Las burlas continuaron hasta salir de las instalaciones, donde un carro particular recogió a Grace para llevarla a casa. Se despidieron con una grata sonrisa, y se marcharon en sus bicicletas charlando entre risas y bromas. Naomi llegó a casa sudorosa y acalorada, a mediodía el sol estaba en su máximo esplendor.

Se dirigió a su habitación, por el momento solo quería reposarse del bochorno que sentía para poder darse una ducha y almorzar. Tenía planeado descansar durante el resto del día, sus horas de vagancia estaban por terminar al iniciar las clases. Entre tareas, proyectos e investigación personal se le iba mucho tiempo, así que esperaba poder distribuirlo de la mejor forma para poder continuar con su trabajo artístico. Sus dibujos era algo que no iba a dejar a un lado, ni si llegaba el fin del mundo.

Cocinó y almorzó con tranquilidad viendo una de sus películas favoritas, historias cruzadas. La trama le parecía demasiado interesante, pero lo que más le gustaba era la escena de la tarta hecha de heces. La mataba de risa. Terminada la comida, se dedicó a limpiar los trastes para que su madre no encontrara nada sucio al llegar y se encerró en su habitación. A la hora de la cena, sus padres llegaron cansados y hambrientos.

—Huele bien —exclamó Nilsa, sentándose en el comedor. La hora de la cena había llegado.

—¿Qué tal la escuela? —preguntó Félix curioso— ¿Algo interesante que contar?

—Normal —contestó con naturalidad— ¿Debió haber pasado algo interesante?

—Nada, lo normal —repitió Félix remedando su tono de voz.

—¿Algún amigo nuevo, o solo seguirás con Luke? —indagó su madre.

—¿Y quién dijo que estoy con Luke?

—Se fueron juntos —contestó su padre aparentando estar distraído con una revista.

—Vamos a la misma escuela, solo tomamos la misma ruta —explicó entre risas nerviosas—, eso es todo, no presionen.

Ambos levantaron la mirada sorprendidos, centrando la mirada en su hija, quien extrañada por su actitud decidió ignorar y seguir comiendo.

—¿Eso qué quiere decir? —preguntó Félix.

—¿Escucharás por fin mis consejos? —continuó Nilsa emocionada.

—No he dicho nada y no insistan —respondió con una sonrisa socarrona.

✅Sangre Mestiza I [Saga Mestiza Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora