Regresaron a casa en sus bicicletas a paso lento, Naomi estaba muy cansada después de tanta actividad física en un mismo día. Las burlas de Luke por sus lloriqueos no se hicieron esperar, durante todo el camino le recriminó su mal estado físico, asegurando que se debía al exceso de consumo de comida chatarra.
Sin contar aquel episodio con Mara y sus preocupaciones, había sido un día agradable y lleno de distracciones para su enredada mente. Sin embargo, el regreso a casa y el ver a sus padres implicaba recordar todo lo que la atormentaba. Por primera vez desde hace mucho, creía necesario hacer preguntas sobre la situación. Hubo un tiempo en que las hacía con insistencia, obteniendo solo negativas o respuestas vagas y falsas.
Había pensado que se debía a su edad, siendo muy pequeña para entender la realidad, pero ya estaba lo suficientemente grande y madura para hacerlo, y aun así no le decían nada. Cada vez callaban con mayor firmeza, ocultando la verdad de su propia naturaleza antes sus ojos. De no ser por sus visiones y sus intentos por averiguar lo que sucede a su alrededor, jamás se enteraría de nada.
Gracias a aquella reunión a medianoche pudo aclarar varias de sus sospechas, pero surgieron mil interrogantes más por averiguar. Una de ellas y la que por el momento le causaba más intriga, era con respecto a la señora Nieves, ¿Quién es en realidad? ¿Desde cuándo se conocen sus padres y ella?
Desde ese día que la conoció sintió algo extraño, esa visión fugaz y sensación electrizante al estrechar su mano fue solo la primera señal. No podía sacar demasiadas conjeturas, su relación con ella no era muy extensa. Se limitaba solo un par de saludos, la conversación más larga que había tenido hasta el momento con ella fue el día que la invitó a almorzar en su casa. Ese día la había mirado con añoranza, de la forma en que se mira a alguien que llevas demasiado tiempo extrañando.
Por otro lado, estaba la identidad de sus protectores, lo único que sabía era que era son hombres y no solo uno. Por el tono de sus voces intuía que eran mayores, pero no tanto como sus padres, algo así como adultos jóvenes. Sin embargo, eso no era suficiente para ella; quería ver rostros, poder identificarlos, sentir su aura al igual que con los demás. En ese momento trató de usar su radar, pero no sintió más que el aura de sus padres, ni siquiera detectó la presencia de la señora nieves. Era como si pudiesen ocultar su esencia, hacerla invisible ante todo o por lo menos de ella.
Se duchó tratando de relajar su cuerpo y mente, necesitaba dormir con urgencia y reponer la energía que perdió durante el día. Bajó a cenar sintiéndose un poco más fresca, encontrándose con sus padres en el comedor esperándola.
—¡Que cansancio! —exclamó Nilsa burlona— Casi me contagias.
—Madre, no te burles de tu hija —replicó siguiéndole el juego, no quería demostrar por el momento sus verdaderas emociones—, me duele cada parte de mi cuerpecito.
—Pobrecita —se burló Félix— ¿Qué tanto hiciste que vienes tan cansada y dolorida?
—Tuve clases de deporte y ensayo del club de danza —comentó dando los primeros bocados a su comida—, el profesor de deportes nos detesta.
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✅Sangre Mestiza I [Saga Mestiza Libro 1]
FantasyNaomi Nosborn es una chica divertida, extrovertida y muy... creativa al hablar, pero posee ciertas habilidades sobrenaturales que atraen peligros y criaturas que quieren capturarla -o matarla-. Por eso se ha encerrado en si misma, mudandose una vez...