10. Más locas acosadoras, pero víboras solo una

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Se despertó con una placentera y extraña sensación en el cuerpo, un hormigueo la recorría cada centímetro provocando un muy evidente sonrojo en su rostro, acompañado de una amplia sonrisa bobalicona

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Se despertó con una placentera y extraña sensación en el cuerpo, un hormigueo la recorría cada centímetro provocando un muy evidente sonrojo en su rostro, acompañado de una amplia sonrisa bobalicona.

—No trates de evitarnos, no te hace bien estar sola —había susurrado Jeimmy a su oído, para luego plantar un suave y tierno beso en su mejilla.

Había quedado anonadada por un par de segundos, pero se obligó a reaccionar y controlar sus emociones.

—Bien... lo intentaré —contestó con un suspiro.

Recordar aquello la emocionaba sobremanera, llegando a imaginarse la escena una y otra vez en su cabeza, pero el insistente tono de Nothing on you de Bruno Mars en su alarma la obligó a levantarse. Eran las 5 de la mañana, por lo que tenía una hora para alistarse y media más para llegar a la escuela. Se bañó y vistió sin sacar esas imágenes de su mente, terminó de cambiarse y peinó su cabello recogiéndolo en una cola de caballo.

Se miró en el espejo, el uniforme no le quedaba mal. Era una falda de tiro alto de rayas blancas y azules que le llegaba hasta arriba de las rodillas, un poco corto a lo que estaba acostumbrada. Una camisilla de botones blanca con el escudo y nombre de la escuela, «Instituto mixto Betania School», encima de ella un buzo de color azul rey solo para cubrir sus brazos del frio de la mañana. Medias blancas y largas, zapatos negros y su collar, solo que este último siempre lo lleva por debajo de la ropa, no le gustaba mostrarlo.

—¡Naomi! —llamó Nilsa desde el otro lado de la puerta— ¿Ya estás lista? El desayuno se enfría.

—Ya salgo.

Bajó las escaleras con calma, tratando de no demostrar la emoción sin sentido con la cual se había despertado ese día. El desayuno era bastante variado, fruta picada como siempre, café con leche cremoso como tanto le gustaba, papitas fritas con huevos y tocino, acompañado de salsa de tomate.

—¿Voy a morir o algo así? —indagó Naomi maravillada con el banquete— Los médicos me desahuciaron, ¿Verdad?

—Ya vas con el drama —replicó Nilsa entre risas, sentándose junto a ella—, de vez en cuando me dan ganas de hacer tu desayuno favorito, pero si no lo quieres...

—No, así está bien —interrumpió con firmeza—, es todo lo que quiero en la vida.

—¿Tragar como si no hubiese un mañana?

—¡También!

—¡Buenos días! —saludó emocionado Félix— ¿Lista y preparada para tu primer día?

—Uff... súper emocionada —contestó Naomi son sarcasmo.

Rieron y charlaron como siempre, burlándose de las quejas absurdas de Naomi por tener que madrugar y bañarse tan temprano solo para ir al colegio. Después de mil y una advertencias, salió junto a sus padres quienes iniciaban su jornada laboral. En su bicicleta, sintiendo la fría brisa de la mañana acompañada de su canción favorita, Causa perdida de Morat sonando a todo volumen en sus oídos, empezó el pedaleo rumbo al inicio de una nueva rutina. Se deleitaba con los paisajes que dejaba atrás en su camino, Betania le estaba gustando más de lo debido, pero trataría de aprovechar todo lo que podía de su corta estadía allí. Cantaba a todo pulmón y medio desafinado, cuando detrás de ella sintió un leve rose en su espalda.

✅Sangre Mestiza I [Saga Mestiza Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora