That summer's playlist [EDITANDO]

Capítulo 28 - Keith

Keith
Reconozco las respiraciones profundas de Aurora. Está intentando subir por las rocas para llegar dónde estoy.

— ¿Aurora? —, digo cuando empiezo a ver su pelo rubio.

— Hola —, dice ella, alargando la letra a.

— Dame la mano. — Ha empezado a llover y las rocas resbalan por culpa del agua.

Cojo su mano con mis dos manos. La noto pequeña, pero a la vez encaja perfectamente con la mía.

Aurora se sienta a mi lado y deja caer sus piernas al borde.

— Está lloviendo, — digo, y ella asiente. La lluvia cada vez cae con más intensidad, pero no parece molestarnos a ninguno de los dos.

— ¿Qué haces aquí? —, me pregunta, su mirada fijada en el mar.

— Pensando...

— ¿En qué piensas?

— En mi madre. — Respondo cortante, como si mi respuesta fuera la más obvia del mundo. Al darme cuenta de mi tono, me disculpo: — perdón.

— No pasa nada, — dice ella, mirándose las manos. Finalmente me mira, para preguntarme: — ¿Te molestaría explicarme lo que pensabas de tu madre?

Si cualquiera otra persona me hubiera hecho esta misma pregunta me sentiría... incómodo. Pero con Aurora... Siento que puedo expresarme con total transparencia, y sé que ella nunca me va a juzgar.

— No es nada. A mi madre le encantaba venir aquí, en esta misma playa. De pequeños veníamos siempre los dos solos, y después con mi hermana. — Mi voz empieza a temblar, y, al notarlo, Aurora me coge de la mano. — Pero estos  últimos años... Ya no me hacía tanta ilusión ir, y yo me quedaba en casa o con mis amigos mientras mi madre y Ellie venían aquí.Ahora me arrepiento muchísimo de no haber estado con ella.

Aurora, que me ha estado escuchando atentamente, empieza a hablar, todavía con mi mano dentro de la suya:

— Keith... No puedes culparte por nada. No sabías lo que iba a pasar. Eso de querer estar solos nos pasa a todos los adolescentes, no es justo que pienses eso.  — Sus palabras me calman. — ¿Sabes un truco que me enseñó mi padre? Estamos en el lugar y momento perfecto para hacerlo. Ya verás, levantémonos.

Yo me levanto primero, sin soltarme de ella, y le ayudo a levantarse.

— Ahora, grita bien fuerte. Estamos lejos de todo, puedes gritar lo fuerte que quieras. Ayuda mucho.

Le sonrío tímidamente. Cojo aire por la boca y noto como se me hinchan los pulmones. Empiezo a gritar.

Aurora tiene razón, me siento... libre. Como si solo existieramos ella y yo, y todos mis problemas desaparecieran por la potencia de mi grito. Consigo expulsar toda la rabia de mi interior. Al cabo de un rato, Aurora se une y gritamos los dos.

Cuando acabamos, nos miramos. Puedo ver la escena desde fuera: Aurora y yo, con el mar delante, encima de unas rocas, dándonos de la mano con la lluvia cayendo estridentemente sobre nosotros.
Seria el momento perfecto para besarnos. De hecho, estoy a punto de hacerlo, acercando mi rostro al suyo poco a poco, pero un pensamiento repentino me lo impide.

No sé nada de su padre. Sólo esto que me acaba de contar. Y que su madre me comentó que no lo mencionara. ¿Tal vez ella no confía en mí como yo lo hago en ella? Ella ha estado todos estos días por mi, escuchándome hablar sobre mis problemas, sobre mi madre. ¿Será mi culpa, por ser egocéntrico? Sé que su vida no ha sido fácil. A lo mejor incluso peor que la mía. ¿Pero cómo lo voy a saber, si no me lo puede contar?

Me duele darme cuenta de que no conozco a una de las personas que creía que es más importante para mi en estos momentos.

Incumplo la promesa de Sally:

— Aurora, ¿qué pasó con tu padre?

— No puedo, — dice ella suavemente.

Sigue acercándose a mi. Una vez más, nuestros labios están a centímetros de tocarse. Y yo no puedo hacer nada más si no susurrar:

— Deberíamos irnos.

Nota de la autora:
¡Hola! ¿Cómo estáis?
¿Os ha gustado este capítulo? ¿Qué creeis que pasará?
Muchísimas gracias por leer mi historia :))

Martina <3