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Enmu corría felizmente, su padre había aceptado que fuera a vivir a casa de Douma hacía unas semanas, y estar con el de ojos arcoíris lo mantenía muy feliz, siempre mirando adelante y de una forma muy tranquila, el niño de cabello platinado era su mejor amigo. 

Iba con una canasta llena de frutas que encontró en un bosque cercano, los árboles estaban repletos de frutas, la llegada de la primavera con eso anunciaba su llegada, aunque tenía que admitirlo, el frio de la montaña nunca se disipó, por lo que su piel se erizaba con facilidad por el clima, no obstante los rayos del sol se marcaban a través de la ventana e arroz, las finas estructuras y sobretodo los lotos de cristal, formando hermosos colores con la refracción de la luz, felizmente, subía por la colina cercana hasta llegar al templo, sus ojos brillaban con tanta alegría, últimamente, estar con Douma lo ponía de buen humor...

Entró al templo esperando encontrarse con el antes mencionado, pero en su lugar...

-Oh, Enmu, ¿Qué tal? 

-Señor Hashibira, ¿Su hijo salió temprano hoy?

-Fue con su madre al pueblo, ¿tú traías esas frutas para él? ven déjame ayudarte.

Las manos del hombre fueron a su cintura y esto espantó un poco a Enmu quien sintió un escalofrío por toda la espalda, no quería ser tocado por él de ninguna manera, y de hecho jamás habían coincidido, Enmu siempre estaba con Douma o con la madre de este.

El padre del de ojos arcoíris sostuvo la canasta con una mano y con la otra seguía en la cintura delgada del menor, no le daba una buena espina; sin cambiar de posición lo llevó hasta la cocina, amablemente el mayor se separó de él para después dejar la canasta en la mesa "listo" comentó con un tono sutil, a simple vista, el señor Hashibira no se veía como una mala persona, incluso, él había sido el fundador del paraíso, le costaba creer que fuera tan mal padre con su amigo, pero justo cuando tuvo este pensamiento, se le borró de inmediato. 

-Uh-Uhm yo ya debo irme... .-los ojos del contrario lo fulminaron en segundos, como si deseara hacer algo más con él.

-Dime, ¿Mi hijo te encuentra atractivo?, tus rasgos son muy femeninos, ¿No es así? son delicados y tu cintura es muy fina, para la edad que tienes, creo que podrías traer a muchas mujeres y hombres detrás tuyo, hmm Enmu ¿Has probado las cerezas de la copa blanca? 

No entendía a que se refería, el hombre solo sonrió y de un cajón le entregó una de ellas, era una cereza blanca, completamente, parecía de chocolate, agradeció el gesto, comiendo la frutilla, sabía bastante bien, no era del todo ácida, fue cuando sus sentidos comenzaron a fallar, se alejó un poco, con un rostro de duda indescriptible, sus ojos empezaron a nublarse, ¡¿Qué era esa cosa?!  entendió la enseñanza que alguna vez su padre le dijo, no confiar en los extraños, no aceptar nada de ellos, le falló, pues había hecho totalmente lo contrario, sus pómulos al tope de rojo, su fiebre era presente, aumentaba calentado su cuerpo, jadeante y lleno de sudor, una escena tan erótica para el enfermo mental frente a él. 

Le dolía, sentía que moriría y entonces cayó al piso, se arrastraba, quería salir de ese lugar, gritando el nombre de su mejor amigo, las luces del sol lo confundían, el calor no se detenía, iba a morir! el padre de Douma se acercó a pasos cortos con una sonrisa tan maliciosa y cargó al indefenso niño que sufría el efecto de una poderosa droga, un veneno distinto que en lugar de matar a las personas, les dejaba sin sentidos y fuerza, Enmu estaba en problemas.

Su desorientación no le hacía saber a donde se dirigía, hasta que entraron a una habitación con olor peculiar, a mujer y perfumes, era asqueroso, fue recostado sobre el futón, cerrando sus ojos esperando lo peor.

Pasado_Perdido (DOUMA X ENMU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora