Pasado_Perdido (DOUMA X ENMU)

9

Enmu se había quedado solo toda la noche, cuando despertó el de cabellos plateados no estaba a su lado, fue de tallar sus ojos, hoy había amanecido como siempre.

- Ahh .- dio un ligero bostezo al aire estirando sus manos para después salir de la cama con cuidado y ojos cansados, no pudo dormir bien.

El de cabellos azabache se dirigió a un calendario pequeño que ambos llevaban, dándose cuenta del día que era, "9 de Julio"  , tan rápido estaba el tiempo ocurriendo pasando frente a sus ojos fue de regresar su vista a la cama notando algo diferente en ella, la almohada de Douma no estaba, se preguntaba por qué, sin embargo tal vez el contrario se la llevó para donde era su actual paradero, cosa que le regresó la tranquilidad. 

Como era de costumbre se quitó la piyama, observando en el espejo su femenil figura, Enmu siempre había tenido un cuerpo muy delgado, sin demasiada musculatura, por lo mismo siempre era confundido con una delicada mujer pero era un hombre, entonces dirigió su vista hasta sus costados, recordando las marcas que supuestamente un perro gigante le hizo... o quizá si se acostó con otro hombre, suspiró pesado, no eran las típicas mordidas que te hace un canino cuando estas en su territorio, definitivamente eran de alguien más.

-Ahh maldición... .-se sentía culpable. 

Iba a ponerse la ropa de siempre, cuando se giró y de reojo vio el espejo, dándose cuenta de que algo más ocurría, moretones y las mismas marcas estaban por su espalda, sacando desconcertado al menor quien hizo un rostro de total sorpresa por eso, pero ¿Qué le pasó? ; llevó sus dígitos hasta tocar las supuestas heridas y al sentir las mismas lanzó un quejido de dolor, parecía como si las hubieran hecho apenas la noche anterior, pero era imposible, él estuvo en el templo todo este tiempo, dormido. 

Las puertas del templo del paraíso eterno se abrieron, un saludo amigable inundó el palacio, era Kotoha con Inosuke en brazos, Enmu respondió diciendo que en un momento salía, de nueva cuenta decidió omitir la duda y se puso una ropa casual, su típico atuendo que consistía de una camisa blanca y un saco largo de dos puntas de color negro, claro, el collar que alguna vez le regaló Douma adornaba su cuello. 

-Kotoha-san buenos días .-diría el de ojos esmeralda. 

-¡Buenos días Enmu-san! 

-¿Lista para el día de hoy? 

-Sí! ¿Aun no ha llegado Douma? .- contestó un poco preocupada. 

Enmu negó con su cabeza, dejando salir un nuevo suspiro frustrado y Kotoha voltearía a su pequeño hijo que estaba dormido en sus brazos. 

-¿Podemos aperturar sin él no? Tú tomaste cursos de como atender aquí, él me lo dijo hehe!

-No fueron cursos como tal, solo he estado ayudandolo desde que somos niños. 

Sus mejillas se sonrojaron mientras pronunciaba lo anterior, la mujer sonrió y sus ojos brillaron en armonía con los ajenos, dando a entender que abrirían ambos sin Douma presente, después de todo el trabajo del templo debía continuar; pocas personas llegaron al inicio, una mujer lloraba porque su hijo estaba desaparecido, lo único que pudo hacer era decirle que su petición la escucharía Buda y que se tranquilizara, nunca fue bueno escuchando las penas de los demás, pero ya que no estaba el ajeno no le quedaba otra opción; al cabo de unos 30 minutos se acercó un hombre de apariencia elegante, con un saco que tenía algunos adornos en tonos dorados, Enmu miró atento, pues por su semblante no parecía que fuera solo por consejos del templo. 

-Bienvenido al Paraíso Eterno, en que pue - 

No pudo terminar su frase, los ojos de esta persona le causaron un escalofrío que recorrió su cuerpo entero, y al ver que eran rojos.