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Despertó en un lugar con una lampara en la mesa de noche, se levantó bostezando, había estado durmiendo en el piso todo el día, ahora se ocultaba el sol, Enmu soltó una bocanada de aire, un suspiro bastante pesado mientras acariciaba su cuello llevando ambas manos detrás del mismo. 

Abrió sus ojos, mirando al rededor, desconocía el sitio en el que descansaba su cuerpo, sentía como si nunca hubiera estado ahí antes.

-Ya despertaste .-escuchó una voz ronca llamarle.

-Mírate en el espejo, Enmu. 

El de ojos azulados se levantó del suelo, mirando confuso a aquel hombre, aunque sabe que lo conoce. El menor se miró al espejo, su pupila caía de forma horizontal, sus mejillas estaban teñidas con ligero rubor y tenían marcas de cuadros perfectamente bien alineados en cada lado de los pómulos, su cabello había cambiado, de los extremos era más largo, y tenía tinte de color de sus ojos, por otro lado, en el frente un rosado ascendente adornaba su cabellera ennegrecida, su piel si antes era pálida ahora no tenía color alguno, simplemente era blanca con el rubor antes mencionado, pero lo que más llamó su atención....

-AH!! 

Pegó un fuerte grito al alzar su mano y ver una boca en la misma, una boca que le sonreía imitaba su facción de susto después, miró rápidamente lo que hacía, después volteó a Muzan.

-Que no te sorprenda, al parecer la usarás como una técnica de sangre, hm, los demonios suelen portar algo que los vuelve característicos, al parecer mi sangre ha elegido que tu mano sea especial. 

Enmu no comprendía mucho sus palabras, pero regresó la vista al espejo, abriendo su boca, notando colmillos, jaló un poco su boca para ver más profundo lejos de los blanquecinos filosos no había nada más fuera de lo común, su lengua estaba normal, su cuello no mostraba signos de heridas ni cortes, lo único diferente era su mano y sus mejillas, si acaso un poco los ojos y el cabello.

-¿Qué es lo que soy? .- preguntó de la manera más tranquila que pudo. 

Muzan abandono el asiento donde estaba para quedar a pocos centímetros de Enmu y tomarlo de su cintura con una mano y la otra llevarla hasta su barbilla.

-Una de mis creaciones, Enmu .-musitó.

Enmu estaba sorprendido de lo que veía, pensaba que nada podría ser más extraño, hasta que la garganta se le llenó de saliva y un fuerte apetito abrió en su estomago. Muzan conocía este sentimiento, por lo que soltó a Enmu y pronto abrió la ventana del pequeño lugar donde estaban, indicándole que desde ese momento, debía seguirlo a donde quiera que fuera; Enmu fue obediente, sin preguntarle nada y sin hacer algún comentario salió por la ventana abandonando lo que ahora se veía como una pequeña casa en el bosque, sin más, el mayor tomó la mano del ajeno, y se lo llevó de ahí caminando.

No decían nada, el silencio no aturdía, era simple calma, tranquilidad, pues Enmu no recordaba absolutamente nada, quien era, porqué estaba ahí, su vida humana no venía a sus memorias presentes, ni una sola pista o indicio de quien fue con anterioridad, pero eso ya no importa.

-Los demonios, debemos ser la raza fuerte, los humanos son la débil, con el tiempo, aprenderás que nosotros somos el comienzo de un final, tenemos la habilidad de hacer este mundo un lugar mejor del que fue antes, porque podemos terminar con la debilidad y como todo animal, hay necesidades básicas que cubrir.... 

-Alimentarse debería ser una de ellas .-respondió Enmu.

-Así es, los demonios solo podemos alimentarnos de una cosa, sangre humana, carne humana, las mujeres tienen más proteína, los hombres tienen grasas necesarias para fortalecernos, pero tu prioridad Enmu, deben ser los jóvenes, las almas jóvenes te llenaran de energía y tu poder crecerá con cada alimento que consumas, también hay gente que posee sangre especial, si la encuentras y la consumes te dará la fuerza de 100 humanos más, esto quiere decir... que será como si hubieses comido más de lo habitual.

Pasado_Perdido (DOUMA X ENMU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora