🍀Muñeca 10🍀

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Subiendo las escaleras con una sonrisa dibujada en el rostro, con los ojos bañados en el gozo de la emoción, mientras en sus manos sostenía una caja color negro. Caminó con paso apresurado a la habitación de su pequeña muñeca y la abrió causándole un susto a la niña.

- Bella ven conmigo, te quiero mostrar algo especial - Bella asintió y bajó de la cama para seguirlo, Adam caminaba con pasos rápidos, le era difícil para ella seguirle el ritmo

Subieron al último piso de la casa y Adam se detuvo frente a una puerta color negro, Bella se sorprendió al saber que era la habitación de el, sería la primera vez que entraba. El pelirrojo sostiene la caja con una mano y abre la puerta con la otra, en cuanto la puerta se abrió, Adam le dió paso a que Bella entrara para luego hacerlo el.

- Te voy a mostrar algo importante para mi - sonríe de la felicidad, Bella solo observaba el cuarto tan neutral de el, Adam dejó la caja sobre su cama y tomó a la niña de la mano - Mira lo que tengo aquí...- Bella mira la caja pero sin curiosidad, no tenía ganas de saber el contenido, Adam al ver que no reaccionaba optó por abrirla el mismo

Quitó la tapa de la caja y solo se pudo ver un envoltorio de tela de algodón, Adam removió la tela con cuidado, dejando ver de lo que se trataba su felicidad, era una muñeca de silicona realista, pero lo peor de todo, era ella. Era su cabello rizado, sus ojos celestes, todos sus rasgos los tenía aquella muñeca vestida como princesa, con la expresión neutral de siempre.

- cuando era niño había un anciano que se dedicaba a crear estas muñecas con los rostros de niñas, las hacía tan perfectas que su talento me enloqueció y comencé a coleccionarlas - Habló tomando con cuidado la muñeca - Lamentablemente ese hombre murió de cáncer, así que su hermano es el que las hace actualmente, tiene el mismo talento, incluso creo que este hace mejor los detalles de estas muñecas

Bella no le causaba felicidad, le repugnaba verse reflejada en un objeto inanimado, no le causaba ni la más mínima gracia.

- Ahora la mejor parte - Su sonrisa macabra provocó que los vellos de la niña brazos se erizaran

Adam sin soltar la muñeca, se dirigió a un armario, que en vez de estar lleno de ropa, estaba lleno, pero de muñecas como la que acababa de ver. Bella internamente estaba asombrada de las tantas que ha coleccionado, dejó la muñeca al lado de una de cabello corto y sonríe aún más de ver su estaría media llena, el móvil de Adam sonó y salió de la habitación para contestar la llamada.

Bella sintió la nariz húmeda, sus ojos se inundaban de lágrimas, era imposible no darse cuenta de la muñeca de al lado, su cabello corto castaño, si pudiera la tomaba, pero quedaba muy alto. Cada una tenía una etiqueta con un nombre, Clara, Melissa, Lauren, Lis, Dalia y una de cabellera rubia, Aurora. Con sus manos intento secar las lágrimas que caían, todas las niñas, todas las difuntas estaban en aquel estante.

- Cuándo empecé a buscar a pequeñas niñas para que actuaran como mis muñecas le fuí pidiendo a ese hombre que las hiciera - En cuanto Adam entró, comenzó a contar el comienzo de toda su locura - la primera que tuve, fue a los treinta años ya que debía hacer mi imperio y poder tener los lujos que deseaba y darle comodidades a las pequeñas, la primera de todas...- posa su dedo índice sobre una muñeca de piel oscura - Camila, era preciosa, pero escapó de la casa y no la encontré hasta una semana después que encontré sus restos tirados en el suelo llenos de sangre - sonríe como si la historia fuera divertida y como si la pobre niña hubiera tenido un buen final - le había advertido de que estaba rodeada por animales salvajes y peligrosos, específicamente los osos, pero no hizo caso y así terminó

Acarició el cabello negro de la muñeca de nombre Camila manteniendo la sonrisa.

- Jamás la probé - Bella tragó en seco a pesar de no haber entendido a que se refería, pero verlo relamerse los labios le causaba total repugnancia.

~°SU MUÑECA DESECHABLE°~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora