~°SU MUÑECA DESECHABLE°~

🍀Muñeca 15🍀

- solo dime Adam - posa las palmas de sus manos sobre el escritorio, mientras que en sus pupilas se reflejaba el pelirrojo bebiendo vino - solo quiero entender porqué, ¿ No te basta con una sola niña ? ¿ Porqué esa obsesión de tener tantas ? ¿ Porqué te gustan Adam ?

- ¿ Y esa curiosidad de repente Alba ? - deja la copa vacía aún lado

- porque cada vez entiendo menos...

- Me gustan las niñas porque son inocentes, porque aún no llegan a tener imperfecciones, son todas tan delicadas, tan dulces, tan puras - sonríe al decir lo último - por eso me gustan, la mayoría son hermosas, son arte ante mis ojos, mi padre me decía que las niñas son demasiado delicadas y entonces las tomé como si fueran de porcelana

- entonces tu obsesión es gracias a tu padre, que interesante, ahora respóndeme ¿ porqué compraste dos niñas más ? si con bella ya te basta

- Digamos que...- Adam pone la copa en el medio de la mesa y dos bolígrafos al lado - Bella es esta copa, de cristal, reluciente y sin ninguna imperfección, solo está como un adorno para ser admirado y cuidado para que no se rompa, pero también disfrutarla con mis manos y boca - cada palabra que salía de sus labios por hablar de Bella, era describiendo la obsesión por ella - estos dos bolígrafos son Eva y Lianet, son lindas, sí, pero solo estan para ser útiles a mi favor, en cuanto se rompan - tira los bolígrafos al bote de basura - las desecho ya lo entiendes ¿ no ? esas dos solo serán mi diversión, Eva ya está un poco grande, difícil de manipular, pero no la puedo desechar ya que es demasiado hermosa, hasta su color de piel es exitante, ninguna imperfección, nada fuera de lugar...

- ¿ Cuántos años te caerían en la cárcel por esto ? - Pregunta Alba sonriendo

- Si llegara a pasar de que me metan a prisión, lo mas probable es que me condenen a muerte - sonríe

- ¿ Tantas niñas has perjudicado ?

- Y no sabes a cuantas Alba...

- cuidate la espalda entonces Adam, porque si la cosa es así de grave, no entiendo tu tranquilidad

- por algo me gusta la corrupción - se muerde el labio inferior - El dinero Alba, puede con todo, pero para eso, se necesita el poder de la manipulación - sonríe con malicia - Alba ¿ Acaso sientes preocupación por las niñas ahora ? - levanta una ceja confundido al ver que la mujer frente a el desvía la mirada - No puede ser, se supone que no te gustan los niños

- y no me gustan, pero tampoco estoy a favor de que sean maltratados así, cuando llegué por primera vez, me pareció un buen método que las disciplinaras usando como ejemplo las muñecas, pensé que era tu forma de "educar" - hace comillas con sus dedos en cuanto dice educar - no pensé que fuera tan enserio, no pensé que fueras un pederasta, no pensé que fueras un maldito asesino, es algo que ya no soporto, esas dos niñas me estan dando hasta pena

- Pues si no te gusta te aguantas, que a la última que no soportó mi trato...- sonríe - la asesiné

- eres un puto cobarde solo por mostrar tu mierda de pistola para poder intimidar a la gente, con eso solo te crees el fuerte - Adam suelta una sonora carcajada y se levanta de su silla

- Alba, te voy a enseñar mi punto de vista de las cosas, espero que entiendas a pesar de que seas una ignorante sobre la vida - saca una pistola de uno de los cajones de su escritorio y apunta a la mujer con ella, Alba queda inmóvil al ver tal mortal arma apuntarla - ésto Alba...- acaricia la pistola deslizando la yema de sus dedos sobre el cañón - se llama poder, y esto...- saca dinero de uno de los bolsillo de su pantalón - también se llama poder, pero uno es más potente que el otro, en este mundo actualmente, no basta con decir cuatro palabras para que te respeten, basta con hacer esto... - sin previo aviso, Adam dispara hacía el suelo arrancándole un grito de pánico a la mujer quién del susto, cae al suelo de rodillas temblando del miedo - ves, la gente le teme a la muerte, son ratas que simplemente harían cualquier cosa para vivir, tengo el lujo de poder mandar sobre las personas débiles como tú, no es por ser cobarde, es solo poder - sonríe