Muñeca 23

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— Enserio debes creerme, Paula por favor...— suplica Bella sentada en el piso de rodillas, pero aquella mujer mantenía la seriedad en su rostro

— Solo eres una niña, admite tu castigo Bella, no digas estupideces — estaba enojada

— ¿ Acaso estas a favor de ese hombre ? — comenzaba a derramar lágrimas intentando buscar la forma de que aquella mujer le creyera — ¿ Disfrutas de saber a lo que se dedica ? ¿ O no sabes que es lo que hace ?

— No tengo el como ayudarte, Adam es el que manda aquí, vivo con una soga en el cuello, es un hombre que con el pasar de los días me he dado cuenta que es peligroso, está armado, no se a que se dedica exactamente con ustedes, pero tampoco me gustan sus métodos

— Entonces si no estas a favor, te lo suplico, ayúdanos — suplica entre lágrimas

— si soy la tercera cuidadora tuya, es porque seguro las demás fueron tontas e intentaron revelarse contra el, ¿ Qué piensas que me va a pasar si te ayudo ? Lo mismo que las otras

— eres un poco egoísta, eres mala — dice rendida limpiándose las lágrimas

— No lo soy, simplemente se valorar mi vida, pero tú... — la apunta con el dedo — si lo eres, quieres escapar, querer traicionar a alguien que te ha tratado como una muñeca de porcelana, te ha dado lujos que muchas niñas no pueden tener, tenías la vida echa niñata, pero por tu estupidez barata, así terminaste, castigada en esta habitación sin poder ver la luz del sol, no sé que planea ese hombre, pero no estoy dispuesta a arriesgar mi vida por quitar el castigo que el te impuso

— ¿ Castigo ? — Bella desvía la mirada de la mujer, no sabía absolutamente nada de este lugar — ésto no es el juego de los papás, que si se portan mal el papá los castiga, no es ese tipo de castigos, es uno peor del que tu no te imaginas

Paula solo se queda en silencio, analizando sus palabras, recorriendo con la mirada el lugar en donde se encontraban, encontrándole defectos al supuesto "castigo". Nadie encierra a una niña en una habitación de esta forma, como si de un perro se tratara, era extraño

— solo te diré una cosa antes de que te vayas, en la habitación de Adam está la razón para que me saques de aquí — Paula asiente con la cabeza, pensando en si hacerle caso a una niña o continuar como si nada, en silencio, se retira del lugar dejando a Bella en completa soledad y oscuridad.

(…)

El café caliente salía de la boca de la cafetera como cascada hasta terminar dentro de una pequeña taza color negro. Paula no podía pensar bien con claridad, Bella la estaba matando mentalmente.

— ¿ Porqué debería creerle a una niña ? — murmura así misma, gira la cabeza un poco hasta observar la cámara que estaba en un rincón de la cocina, estaba encendida. Volvió su vista al frente y tomó la bandeja que contenía la taza con el café sobre un plato pequeño, salió de la cocina y subió las escaleras para dirigirse a la oficina de Adam.

Tocó la puerta con el pie dos veces y la esta es abierta por Lianet. Desde que Bella fué desechada en aquella habitación, Lianet ocupó su lugar. Paula camina más adelante y llega hasta el escritorio de Adam dejando la bandeja sobre este con cuidado. Adam hablaba por el móvil y Lianet estaba cerrando la puerta, sonríe en su interior y con la uña del dedo pulgar raspa dentro de la uña de su dedo índice dejando caer un polvo blanco al café.

— aquí tiene su café señor Adam — habla Paula tomando con ambas manos el plato y la tacita de café para dejarlo en las manos de el.

El pelirrojo termina la llamada y toma el café para soplarlo y darle un sorbo mientras que Lianet vuelve a pararse al lado de el mantenimiento el silencio y la seriedad, como si ella se hubiera convertido en una Bella más obediente y sumisa.

~°SU MUÑECA DESECHABLE°~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora