" ESCÚCHAME " [ Billdip ]

Capítulo 3: "Agonía [Parte I]"

No estaba preparado, todavía no estaba seguro de muchas cosas y totalmente convencido de que acabaría muriendo, no precisamente rápido e indoloro.

Sin embargo, ya no podía retroceder. Allí estaba, sentado en el plano mental platicando con el demonio más poderoso. 

Dipper vuelve a repasar la conversación que apenas acaba de tener con Bill acerca de todo lo que va a ocurrir.
El demonio observa con una mirada curiosa cada pequeña reacción física del joven, tan jugosos pensamientos débiles que provocan el temblor en sus manos, la palidez de su rostro, el frío en su piel.

Casi podía saborear todo el sufrimiento que iba a poder presenciar tan de cerca, por su propia culpa.

 << Tan ingenuo y poco precavido, un ser tan inútil como para dejar su corazón tendido sobre mi mano sin siquiera soltar un suspiro en contra >>, pensaba para sí, mirando a los ojos al niño.

"Bien, bien, Pino. De seguro debes de estar asustado, créeme, lo sé, ahora compartimos tu plano mental así que ten cuidado con tus pensamientos", Bill levita hacia una ventana, a través de la cual un paisaje artificial parece tener vida. Un bosque, similar al que rodea la cabaña.

"Sí, hasta ahí llego. Pero... ¿Cuál es tu plan, Bill?", pregunta con voz nerviosa. Busca con la mirada su gorra y, para su sorpresa, ésta simplemente aparece sobre su cabeza. La acomoda mientras se levanta de la cama.

"No estás preparado para escucharlo, niño. No te preocupes, te daré indicaciones en todo momento de lo que tienes -o no- que hacer", le explica, a su vez paseando su mirada por la figura inquieta del joven. "¿Curioso?"

"Puede... ¿Todo esto lo he creado yo? Es decir, ¿lo he imaginado?", pregunta paseando por la habitación, ojeando algunos libros que le llaman la atención en una estantería tres veces más grande que él. 

"¿Tú? No seas ingenuo. Tal vez, sólo una pequeña parte. Todo lo demás lo hice yo"

Bill entrecierra el ojo observando con irritación la curiosidad del niño crecer. Éste no puede evitar querer coger unos cuantos libros, abrir un par de cajones de una cómoda e investigar un extraño baúl que descansa a los pies de la cama;

Dipper se sienta en un sofá situado cerca del piano, dejando a su lado un montón de libros y objetos que se desploman de manera desordenada. El demonio le sigue con la mirada.

"¿Puedo preguntarte algo?", habla el niño, aunque aparente estar tranquilo, está realmente nervioso. Sólo trata de ocultar su miedo.

"Depende, niño", Bill se sitúa frente a él, claramente agobiado por el comportamiento nervioso de su compañero. No obstante, procura tomar un poco de su paciencia para no apresarlo en ese instante.

"¿Qué me pasará cuando salga del plano mental? Es decir... ¿Sigue mi cuerpo tirado en el suelo, en mitad del bosque?"

Bill parece recordar la situación, ya que abre su ojo considerablemente, hasta volver a calmar su repentina emoción facial.

"Te estás muriendo, Pino"

Y sin más, con el sonido de un chasquido de dedos, Dipper regresa al plano real, junto con su cuerpo físico.

Lo primero que sintió fue una lluvia punzante clavarse por cada centímetro de su piel, completamente entumecida, como si de un cadáver se tratase.

¿Cuánto tiempo había estado ahí tirado?
Lo desconocía, pero por el cambio de luz, perfectamente podría haber pasado una hora, o más.