Yandere ¡Demonio! x ¡Ángel! Reader:

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Yandere: William.

Advertencia: Ninguna.
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*Narradora PO.V*

Vivías con el Rey del Universo desde antes de que se creara la tierra como tal. No eras la única que permanecía con él, habían otros más. La palabra odio era desconocida para todos, al igual que la palabra sufrimiento o necesidad.

Luego fuiste testigo de como creó la tierra, el agua, el sol, la luna, el aire, los animales de todo tipo y por último, los humanos. Tú fuiste la encargada de cuidar a los niños de estos, cosa a la que accediste y bajaste a la tierra a cuidar de ellos.

Sin embargo, había otro Ángel que te llevaba viendo desde hace algún tiempo y ese Ángel era llamado William, pero pasó que este se unió al grupo de la rebelión de Lucifer, y debido a esto, cayó al infierno, convirtiéndose en uno de los demonios.

--Agh... joder, esto duele un montón-- Dijo quejándose del dolor del estrellón que se dio con el suelo del infierno mientras su apariencia cambiaba poco a poco. Su piel pálida pasó a ser rojiza, le crecieron cuernos y ni hablar del dolor que tuvo que enfrentar cuando le empezaron a salir la cola y las alas por la espalda.

--¡AGH!--.

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--Listo niños, ya están en sus casas-- Unos niños estaban perdidos luego de haber dado un paseo por el bosque y tú, como estaba anocheciendo, los ayudaste a regresar sanos y salvos a su hogar, y cuando entraron, te fuiste caminando por los bosques hermosamente iluminados por las luciérnagas y las estrellas, seguido de la luna llena y la brisa fría. Estabas tranquila, relajándote un poco mientras te sentabas en un bonito acantilado hasta escuchar una ramita rompiéndose detrás de ti, lo que te puso alerta.

--¿Quién anda ahí?-- Esperabas que fuera algún otro humano que simplemente daba un paseo, otro Ángel, o algún animal cualquiera como suele pasar, pero lo que viste al voltearte fue a William quién simplemente había pasado por ahí y se sorprendió cuando le hablaste, y también le sorprendió verte.

--No es nada, solo pasaba por aquí, no me esperaba ver a una ángel tan bonita-- Se dejó ver y tú te sorprendiste al ver a un demonio por aquí, claramente te alejaste y al casi caerte del acantilado, decidiste volar, a lo que él sonrió y te dijo:

--Vamos, no muerdo porque sea un demonio preciosa-- Él se quedó anonadado con tu belleza y también abrió sus alas para intentar acercarse más a ti, pero tú no dudaste en alejarte de él.

--Deberías decirme al menos tu nombre antes de acercarte a mi de esa manera-- Cruzaste de brazos a lo que él, aún volando con sus alas, dejó de seguirte.

--Oh cierto, mi nombre es William, pertenezco al grupo de los príncipes del inframundo, ¿y tú debes de ser ____?-- Tu te sorprendiste ya que recuerdas que jamás habías hablado con este Ángel en particular ni siquiera cuando te propusiste a cuidar a los niños humanos en la tierra.

--¿Cómo sabes mi nombre?-- Ambos aterrizaron al suelo despacio pero aún permanecías alejada de él, luego cubriste tu cuerpo con tus alas grandes e inmensas.

--Siempre, incluso cuando aún era un Ángel te he estado viendo, te vi incluso desde el primer momento en el que el Rey de los cielos me creó desde el primer momento cuando hablabas con los demás Ángeles-- Él siempre vio como hablabas con el Rey y con los demás y siempre sintió celos horribles, pero fue desterrado junto con Lucifer y otros Ángeles y ahora de vez en cuando anda por el infierno y de vez en cuando en la tierra, pero nunca lastimaba humanos a no ser que estuviera muy enojado por cualquier razón o que estos tengan intención de atacarle y luego se los devoraba. 

--¿Qué cosas? Me voy de aquí-- Intentaste volar bien lejos y lo conseguiste pero con él siguiéndote por detrás. Sin duda eso te incomodó y espantó de él, por lo que querías huir, y vaya que no sería la primera vez.

--Ya te lo he dicho, déjame en paz-- Había alcanzado la noche y terminabas de proteger a los niños y cuidarles de los peligros durante varios días y noches por diferentes lugares en los que William no dejaba de perseguirte todas las noches hasta u...

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--Ya te lo he dicho, déjame en paz-- Había alcanzado la noche y terminabas de proteger a los niños y cuidarles de los peligros durante varios días y noches por diferentes lugares en los que William no dejaba de perseguirte todas las noches hasta un punto aterrador en el que empezó a matar a los humanos que tú te esforzabas por proteger.

Intentaste detenerlo pero simplemente su intensidad fue aumentando hasta un punto en el que ya veías que no podías huir de él de esta forma, por lo que decidiste huir  a través de la reencarnación en humanos.

--¿Con que así vas a ser conmigo?-- Preguntó un enojado William  a sí mismo tras verte renacer como una niña humana a lo lejos dónde tú ni lo notabas.

--Bien, pero no te dejaré escapar-- Y vaya que no lo haría.

En las diferentes vidas en las que reencarnabas podías ser o un hombre o una mujer, pero el punto es que  William SIEMPRE  te lograba encontrar y tu siempre lograbas morir de alguna manera para seguir reencarnando y escapando de él, y las veces en las que reencarnaste como una mujer, él llegó a embarazarte y hacerte dar a luz en un par de ocasiones, y claro que al parir el hijo de un demonio siendo tú una humana era algo que te mataría.

-Fin.

Frases y cosas de un chico Yandere #2 (PEDIDOS CERRADOS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora