Yandere ¡Sacerdote! x ¡Diosa! Reader:

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*Narradora PO.V*

--Señorita-- Te llamó uno de tus seguidores mientras tú dabas un paseo relajante por los jardines de tu templo. Estabas cansada de castigar a humanos malvados así que tratabas de despejarte.

--¿Si?-- Te giraste y viste a tu joven sacerdote llamado Anderson. Era tu más devoto seguidor con apenas 35 años de edad, y te conoció tras ver como hacías crecer las plantas nuevamente en su aldea dónde la hambruna y sequía reinaba.

--Sus seguidores la esperan, están ansiosos por verla-- Se acercó un poco más a ti pero sin tocarte, y tuvo que mirar hacia arriba ya que él mide al parecer 1.80 de altura y tú parecías como de 2.5 de altura.

--Oh, está bien, de paso, notifícame todas las cosas que han estado ocurriendo mientras yo estaba en el infierno-- Tu eras casi como el Dios cristiano, sólo que con mucha menos crueldad, excepto a quiénes se atrevan a abusar de otros hombres, mujeres, niños, animales,etc.

Tu siempre te manifestabas por la tierra pero no forzabas a nadie a creer en ti. Sanabas a muchas personas y volviste a resucitar la flora y la fauna de esas zonas, hasta el punto de considerarte como "su salvadora", siendo esa  cualidad y tu físico otra razón para que los hombres te persigan y te coqueteen con la excusa de adorarte.

--¿En qué piensa mi Reina?-- Te preguntó tu sacerdote mientras caminaban por una especie de camino en el que habían flores hermosas, y hasta un río hermoso en el que varias veces te bañabas sola, y no hablar de las hermosas cascadas que había detrás.

--No es nada, ¿está bien todo?-- Habían llegado a la entrada de tu templo en el que habían varias personas alrededor de algo o alguien.

--Señores, nuestra reina ha llegado-- Los demás presenten no tardaron en voltear y sonreírte. Siendo tú su Diosa, eras halagada quieras o no con sus comentarios y a veces algunas ofrendas, mayormente por los hombres.

Querías escuchar las ofrendas y súplicas de tus presentes pero estabas agotada, y quizás los demás presentes no lo notaron, pero Anderson si mientras escuchabas a un niño enfermizo, pero decidió esperar a que terminases.

Querías escuchar las ofrendas y súplicas de tus presentes pero estabas agotada, y quizás los demás presentes no lo notaron, pero Anderson si mientras escuchabas a un niño enfermizo, pero decidió esperar a que terminases

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--Mi reina, usted luce agotada, ¿le molesta si le preparo un baño?-- Te preguntó Anderson, a lo que tú negaste.

--No gracias, creo que me bañaré en el lago de cascadas-- Deseabas ya quitarte esas túnicas de encima, él lo notó y te ayudó a desestresarte y a entrar en las aguas durante la tarde.

--Mi señora, iré por otras túnicas más suaves, ¿si?-- Asentiste, solo querías un rato de soledad y tranquilidad para ti misma.

--Está bien, que todo sea por usted-- y acto seguido se fue hacia una especie de sala en tu templo dónde guardaba tus túnicas y algunas toallas. Él te amaba locamente desde que te vio cuando llegaste a su pueblo por primera vez, pero tú eras una diosa, por lo que no podría ni forzarte ni tocarte si tú no lo pedías.

Frases y cosas de un chico Yandere #2 (PEDIDOS CERRADOS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora