Frases y cosas de un chico Yandere #2 (PEDIDOS CERRADOS)

Escenario #13:

Contexto: Es el cumpleaños de su senpai y ellos decidieron demostrar su amor.

Advertencia: 

-Aún recuerdas el cómo habías llegado con desilusión a casa porque nadie se había acordado de tu cumpleaños ese día.

-O bueno, casi nadie.

-Lo escuchaste decir sorpresa en cuanto encendiste las luces. Habían unos pocos globos de colores, una tarta de tus favoritas en la mesa decorada y a él enfrente de ti con una caja de regalo bien linda y decorada. Sería noble y adorable de no ser porque no conoces a este tipo y porque no le diste las llaves de tu casa a nadie... ah y vives sola por cierto.

-Al ver el miedo en tu cara te empezó a explicar quién era, el porqué y el cómo había entrado a tu casa, cosa que te pareció aún más repulsiva. 

--¿Qué pasa amor? ¿No te gusta la pequeña sorpresa que te hice?-- Te preguntó tu acosador mientras se acercaba a ti, tú solo retrocedías con miedo hasta que se te ocurrió una manera de engatusarle para luego llamar a la policía.

--Me alegro de que te guste. Créeme que la pasaremos bien juntos-- Le seguiste la corriente por un muy buen rato en el que todo iba bien.

-Hasta que te hizo comer pastel.

-Pues él no sería tan diferente de Axel.

-Te noqueará nada más entres a tu casa.

--¿Ya se despertó la cumpleañera?-- Sería lo primero que escucharías nada más abrir los ojos en aquella silla. Frente a ti había una mesa con varios  preparativos para fiestas de cumpleaños, con la diferencia de que estos parecían mandados a hacer desde antes, ¿y cómo no? con el mujeriego yandere frente a ti.

-Como sabemos, Anderson a veces es un poco pervertido... pues estaría intentando manosear ciertas partes tuyas.

--¿Sabes? Odié ver siempre como tu pareja te tocaba en ciertas zonas-- Dijo para luego morder  en esa zona como castigo, aparte de que ama ver tu reacción de nerviosismo y asco.

--Me volviste loco desde que te vi por primera vez saliendo de tu trabajo hacia tu auto-- Eso explicaba entonces el porqué sentías en esos momentos que siempre había alguien siguiéndote, pero cuando te girabas no encontrabas a nadie.

-En un momento mientras te toca, como el pervertido que es, se tocaría probablemente a si mismo, cosa que te daría mucho asco.

-O bien, en vez de eso simplemente se lavaría las manos y te obligaría a comer pastel con él, aunque más tarde te duela el estómago y luego él te lavaría los dientes.

-Stalker.

--Se ve tan linda...-- Susurró abrazándose a si mismo con sus manos manchadas de sangre por el festín que se había armado exclusivamente para ti.

-Decidió matar a tu pareja y mejores amigos para luego mostrarte sus cadáveres como regalo de cumpleaños.

--Dime que te gusta, senpai-- Se acercaba a ti mientras te observaba con esos ojos esmeralda que según tú estaban llenos de locura y quién sabe que otros sentimientos.

-No, no los mató con un cuchillo, sino que fue a golpes, con ese martillo pequeño pero bien fuerte de carpintería, con el cual se estaba acercando a ti, también ensangrentado.

-Obvio tuviste que decirle que sí te gustó aunque por dentro morías del miedo.

-No sabías para qué cosa te secuestraron esos hombres vestidos con trajes negros ni quién te mandó a secuestrar o el porqué.

-Tenías una venda negra en los ojos y estabas sentada y atada en una silla.

--Ya muchachos, destapen su venda-- Escuchaste la voz de Darius Luckman. Él era el CEO de la empresa dónde trabajabas, aunque en realidad supiste de su existencia en la carrera universitaria de administración empresarial. Él era conocido como el riquillo arrogante y era quién con sus coqueteos te hacía la universidad más estresante, al punto de que tuviste que cambiarte de carrera, cosa que no le gustó por lo que empezó a mandar a sus colegas de negro a acosarte en cada edificio de la facultad.

-Destaparon tu venda y frente a ti no estaba solo Darius y esos guardias de traje, sino que también había pues decoraciones hermosas basadas en tus gustos mandadas a hacer a detalle, regalos de cada una de las cosas que el mismo Darius quiso comprarte y un hermoso pastel de (sabor preferido).

-Era una total sorpresa y tu cara lo reflejaba.

--¿Que pasa amor? ¿Tanta fue tu sorpresa para tener esa cara?-- Asentiste. Creíste que te golpearían, violarían, torturarían o te harían un montón de cosas más horribles que venderte en una red de trata de blancas.

--Oh, eres tan bonita. Que bueno que serás pronto mi esposa-- Lo sentiste abrazarte y besar tu cachete mientras aún tenías la boca vendada. 

--Así te daré solo a ti lo que desees y tú serás solo mía por siempre, aunque digas que no-- Luego se dispuso a mostrar TODO lo que sabía sobre ti, los regalos y cuando llegó la hora, se aseguró de que comieras cierta parte del pastel que él había mandado a preparar para ti.

--Felicidades, senpai-- Besó tu cuello mientras tú caías dormida poco a poco.

-Fin.