Frases y cosas de un chico Yandere #2 (PEDIDOS CERRADOS)

Escenario #14(2):

Mismo pedido de Yumeko__Sakatama

Advertencia:

Hecho en teléfono porque no estoy en casa ahora mismo.
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*William*

-Te sentías agobiada y al borde del divorcio con respecto a su relación día tras día.

-Antes tenías miedo de divorciarte por sus castigos físicos, pero las cosas llegaron a un punto en el que no podías más, y no querías darle ese futuro a tu hijo, Javier.

--¡¿DIVORCIARTE TÚ DE MI?! ¡TÚ NO DEJARÁS NI SOLA NI CON JAVIER ESTA PUTA CASA! ¡COÑO!-- William descubrió los papeles de divorcio, por lo que fue enfadado hacia ti para castigarte y dejarte unos cuantos moretones encima. Sin embargo, no contó con que tu hijo Javier lo traicionaría, se escaparía de la casa y fuera a casa de su vecino para pedir ayuda.

-Para tu mala suerte, la casa estaba a su nombre, por lo que agarraste tus cosas y las de Javier y se fueron a un refugio de mujeres y niños maltratados hecho por su respectivo ministerio mientras William está detenido. 

--No me importa qué tan alta es la sentencia. Voy a volver por ti y por Javier-- Te susurró mientras los policías se lo llevaban. Durante tu estadía en el refugio, estuviste siendo ayudada con tus traumas, comida, agua, procesos legales, techo y bastantes cosas.

-Ese infierno fue hace años. Finalmente lograste conseguir un buen trabajo, y más tarde pagar poco a poco tus deudas, e incluso conseguiste un bonito departamento en un bonito residencial para vivir sola con tu hijo de ya 14 años.

--Cariño, perdóname por hacerte vivir todo eso del pasado. Sé que ver a tu padre golpéandome, el divorcio y la estadía en el refugio no fue tan bonita, pero es lo mejor que pude hacer para para separarme de tu malvado padre-- Te has disculpado múltiples veces con él. Digo... cuando sucedió toda esa catástrofe estresante en sus vidas, él tenía tan solo 7 u 8 años y no lograba comprender mucho esa situación.

-Conociste a Anderson en tu nuevo hogar. Él era policía, tú una repostera . Se hicieron buenos amigos, muy buenos amigos, se llevaba bien con Javier, luego se volvieron novios, te respetaba, no te prohibía cosas ni tú a él, se contaban sus secretos y entre ellos tu terrible pasado con William y él te comprendió. Ya actualmente llevas unos años de casada y tienes unos 7 meses de embarazo.

-Estabas haciendo un baby shower con los familiares de Anderson y algunos tuyos, los cuales sin tú pedirlo te regalaron cosas como ropa, toallitas, jabones, pañales, e incluso la hermana menor de Anderson te regaló la cuna que usó con su bebé, la cual Anderson no tardó en instalar en el cuarto que será del niño. Por no olvidar los biberones.

--Ay, gracias a todos, no tenían que hacerlo pero son encantadores-- Dijiste cuando ya se estaban yendo y tu hijo estaba llegando del supermercado dónde lo mandaste a comprarte un par de cosas para la cena.

-Pero nada te quitaba la sensación abrumadora que tenías encima. Te empezaste a sentir vigilada cuando al inicio de tus siete meses de embarazo fuiste a comprar junto con tu hijo Javier unos sostenes de maternidad mientras Anderson trabajaba, y pese al tiempo que pasaba conocías perfectamente esa sensación.

-Ya por las 12:00AM, casi las 1:00AM, escuchaste una pelea en el piso de abajo entre tu marido, los gritos de tu hijo y la voz de un hombre desconocido gritando maldiciones y cosas como '¡____ ES MÍA! ¡MI ESPOSA! ¡DEVUÉLVEMELA JUNTO CON MI HIJO!' Y acto seguido escuchaste sirenas y viste las luces azules y rojas de los autos de policía o el 911 por tu ventana, luego de al parecer sentir los movimientos de tu hijo o el corazón latente del bebé, por lo que con tu corazón palpitante tomaste un abrigo y saliste de la habitación hacia la planta baja.

-Tu esposo y otro policía tenían retenido al causante de tu infierno durante años y al padre de tu hijo junto a Javier herido y siendo atendido por paramédicos, cosa que finalmente te hizo gritarle a William:

--¡¿Qué está pasando aquí?! ¡¿CÓMO MIERDA DESCUBRISTE DÓNDE VIVO Y CON QUE ATREVIMIENTO VIENES A MI CASA A TRATAR DE DAÑAR A MI FAMILIA Y APUÑALAR A TU PROPIO HIJO!-- Tu hijo intentó parar el que su padre fuera a tu habitación a matar a tu marido e intentar hacer que abortes a tu hijo por la fuerza porque no soporta la idea de que tengas en tu vientre el bebé de otro, pero fue atacado por su propio padre quién le dijo que no se metiera si no quería verte sufrir, así que Javier gritó a todo pulmón el nombre de su padrastro quién bajó y lo detuvo con sus habilidades de policía mientras Javier alertaba a las autoridades.

--¡TÚ Y JAVIER SON MÍOS Y DEBEN DE ENTENDER QUE ME PERTENECEN!-- Gritó William seguido de toda una poesía de maldiciones y razones de porqué tú y tu hijo deberían volver a vivir con él, lo que hacía todo más repulsivo.

--No volveré a ser parte de tu familia. TERMINAMOS HACE AÑOS. ¡NO TE VUELVAS A ACERCAR NI A MI BEBÉ, NI A JAVIER, NI A MI NI A NINGUNO DE LOS MÍOS!-- Una vez los otros policías se lo llevaron, acompañaron a Javier al hospital. Tu esposo conducía y tú ibas en el asiento del copiloto, acariciando tu vientre hinchado y de alguna manera te calmaste al sentir las pataditas de tu bebé. Por alguna razón te desestresaba el sentir sus movimientos.

--Dios mío. Ojalá todo esto no haga que Anderson.Jr nazca prematuro-- poco a poco te dormías. Por suerte era sábado y al día siguiente domingo, por lo que podrían descansar un poco luego de llegar del hospital, para luego presentar cargos por intento de asesinato, invasión o allanamiento de propiedad privada, agresión a un menor y por incumplimiento de condena, la cual ahora ha sido aumentada a unos 25 años de prisión o más.

--No te preocupes. Todo estará bien. Le tomarán fotos a Javier y las usaremos como pruebas aparte de las cámaras de los vecinos de enfrente-- Eso te tranquilizó un poco y bajaron a acompañar a Javier a que le cerraran la herida y le colocaran puntos.

Al final todo salió bien. William pudriéndose en prisión, Javier saliendo del hospital. Mudanza a un sitio más lejos y tranquilo, luego tuviste que ir al hospital a traer a un nuevo inquilino al mundo, el cual no querías dejar de cargar en tus brazos.

-Fin.