24| I n f i n i t a m e n t e.

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Canción de las simples cosas.—Mercedes Sosa.

Bridget:

Rompí fuente con ocho meses, y eso es lo único que puedo pensar cuando un pequeño dolor atraviesa mi vientre otra vez.

—Cariño...—murmura J, todavía mirando el lugar donde me encuentro parada.

—Jaden... debemos...—las palabras quedan atoradas en mi garganta porque ahora sí que me agarra un miedo que nunca había pensado en estos meses. Se suponía que todavía me quedaba un mes para procesar el hecho de que dos pequeñas vidas saldrían de mi vagina.

Jaden, saliendo de su estupor y siendo el sensato de los dos, habla cuando otra contracción, un poco más fuerte que la anterior, me atraviesa provocándome una pequeña mueca.

—Tranquila, cielo. Iré por tu bolso y el de los niños, no te muevas de ahí.—dice caminando hacia la sala, donde lo escucho subir las escaleras con Sahumerio detrás de él.

Trato de seguir su consejo y mantenerme tranquila, utilizando la respiración que me indicó Morgan que hiciera en este caso. Pero la tranquilidad se desvanece cuando otra contracción aparece, aún más fuerte y la cual me instala la sensación de miedo otra vez.

En ese instante, Jaden aparece con el bolso que preparé para los niños y una mochila con mi ropa.

—Respira hondo, debemos contar cada cuanto son tus dolores. ¿Sí?—asiento mirándolo, cagada de miedo por lo que pueda pasar.

—Oye.—dice él tomando mi rostro.—Sé que es absurdo que te diga que no tengas miedo, porque es sumamente normal, pero estoy contigo pase lo que pase.

Sonrío como puedo, él me da un beso en la frente para luego ayudarme para ir hasta el coche.

Sale lo más rápido que las normas de conducir lo permiten y con el teléfono inteligente del auto hace un par de llamadas, avisando que estamos yendo al hospital y luego se toma el tiempo de controlar las contracciones.

Todo el trayecto él se mantiene sereno, tratándome como todo el caballero que es, y siendo atento a más no poder.

Yo, durante el trayecto, lo único que pienso y deseo, es que todo salga bien en este parto, que obviamente resulta ser prematuro.

Ay hijos, como quieren hacerme delirar.

Llegamos al hospital, J estaciona lo más cerca posible de la entrada y hago el último esfuerzo por caminar hasta la puerta.

Enseguida una enfermera que pasa por allí nos atiende y de inmediato le indica a su compañera que traiga una silla de ruedas, todos es un caos bastante loco, creo no estar al tanto de nada de lo que hablan, salvo cuando me dan algunas indicaciones para tranquilizarme.

La silla se empieza a mover y siento como una mano toma la mía. Observo a Jaden y sus hermosos ojos almendrados, me regala una sonrisa tranquilizadora mientras que besa el dorso de mi mano.

Al igual que a mí, se nota en su mirada el miedo que lo invade, pero aún así, el se mantiene firme a mi lado, sin titubeos.

Lo último que pienso antes de dar, es que no puedo creer en como él se sintió inseguro al respecto, creyendo que no sería buen padre, ni buen novio y resulta que es todo lo contrario.

***

—Bien linda, empezaremos con la labor de traer estos niños al mundo. Cada que yo te indique tu puja. ¿Entendido?—la doctora que me ayuda me mira esperando una respuesta de mi parte, asiento a modo de afirmación, mientras que J pasa una toallita por mi frente para secar mi sudor.

Lo que dice tu mirada [Libro II biología "Miradas"]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora