Counting Stars— OneRepublic
Jaden:
Nunca pensé que besar a Bridget se sentiría tan bien, lo sé, no es la primera vez que sucede, pero se siente como si lo fuera, pienso que siempre se sentirá así.
Muevo mis labios al compás de los suyos mientras que acaricio sus muslos con caricias que ascienden y descienden. Ella tiene las manos en la parte baja de mi cabeza y enreda sus delgados dedos en las cortas hebras de éste.
Creo que acabo de descubrir que me encanta besarla, cambio mis manos de lugar y las ubico en su cintura, apretando levemente y también creo de verdad que debemos parar.
—Brid, he decidido que amo besarte, pero debemos parar, muñequita—digo retirándola un poco hacia atrás y juntando nuestra frentes, sus ojos celestes brillan muchísimo más que las estrellas.
—¿Por qué?—pregunta toda inocente.
—Porque no quiero que las cosas vayan tan rápido.
—¿Aunque lo desees?
—Aunque lo haga.
Ella asiente y antes de bajar de mi regazo me da un suave beso, bastante húmedo y luego recoge su taza y la manta del suelo.
Se está dirigiendo a la cocina pero antes de entrar se asoma por la puerta.
—¿Quieres mirar las estrellas conmigo?—pregunta y señala el medio del gran patio, iluminado por las tenues farolas de la piscina.
—¿En el frío césped?—respondo. Ella borra su sonrisa pero asiente.— Pues claro, me parece un plan maravilloso.
Cuando respondo eso, amo ser el causante de la gran sonrisa en su rostro.
***
—Me gustaría decir que sé cuantas constelaciones hay en el universo, pero carezco de esa información—dice Bridget, quien está apoyada sobre mi pecho de forma diagonal. Ambos estamos tirados en el césped, mirando el cielo estrellado, aunque la noche no esté muy cálida.
—Sigue pareciéndome caliente que sepas tanto sobre todo esto—menciono acariciando su pelo esparcido por la manta.
Ambos nos miramos y nos sentamos con las piernas en pose de indio, estoy acercándome para volver a saborear sus labios pero se oye un grito. Más bien los gritos de Violet.
—¡Bridget y Jaden, entren inmediatamente! ¡Podrían pescar un resfriado!—comenta la rubia madre mientras cierra la ventana del piso superior y mientras recogemos todo entre risas, vemos como las luces se encienden a medida que ella va bajando.
—¿Están locos? Pueden agarrarse una terrible neumonía con el frio que está haciendo—dice ella envuelta en su albornoz de seda, parada en el principio de las escaleras de la casa.— Entren ya.
Ambos pasamos y ella cierra la puerta detrás de nosotros. Cuando estoy en el centro del salón, me doy cuenta del frío que hacía afuera, y también veo a mi hermana junto a los gemelos viendo una película.
—¡Auch!¡Mamá!—oigo que Bridget se queja detrás de mi. Cuando volteo, Bridget está sobando su oreja. Luego oigo como los adolescentes estallan en carcajadas.
—Y eso... eso que los adolescente somos nosotros—comenta Travis sin parar de reírse.
—A ti no te doy una colleja porque no soy tu madre, pero estoy segura de que también recibirías una—dice Violet mirándome con una severa mirada.
—¡Mamá! No tenemos diez años.—dice Bridget.
—Sigues siendo mi hija, y tú eres muy propensa a enfermarte, así que puedo regañarte aún.
Sin decir más, mi suegrita le da las buenas noches a los revoltosos y luego a nosotros, indicándonos que no se duerman muy tarde y que no volvamos a salir.
—¿Quieren mirar con nosotros?—pregunta Sam y yo asiento sentándome al lado de mi hermana al ver que la película en pausa es el Titanic. Es cliché decir que es mi película de romance favorita, pero lo es.
Una hora más tarde, Jack está a punto de morir y escucho a Stacy bufar.
—¡Siempre lo diré! Es injusto, él si cabía en la tabla, joder, malditas películas con finales tristes—dice ella cruzando sus brazos sobre su pecho.
—Vamos, enana, es solo una película.—dice Travis.
—Ellas viven los romances mas que nosotros, hermano, deja a la pobre enana sufrir por Jack.—dice Sam pasando un brazo por sus hombros.
—¿Si saben que ella tiene la misma estatura que ustedes no?—pregunto para molestarlos.
—Es solo hasta que peguemos el último estirón, Jay Jay—dice Travis llevando un pochoclo hacia su boca.
***
Pasar el fin de semana en la casa del campo fue un gran relax para la mente, por lo que hoy lunes, estoy un poco menos estresado por los documentos de golosinas que debo chequear.
—¿Por la tarde salimos a correr?—escucho la voz de Cameron en la entrada de mi oficina. Es como si me agarrara con las manos en la masa porque justo estoy comiendo una barra de chocolate. Inmediatamente y como acto reflejo las escondo debajo del escritorio.
—Ya vi que comías chocolate. Estúpido—dice riendo.
—De todas formas, quemaré esas calorías corriendo hoy por la tarde, amorcito.
Charlamos un rato más y luego él dice que almorzará con Lottie, por lo que sale de mi estudio para dirigirse al suyo.
Mi teléfono suena dentro de mi bolsillo en una llamada y contesto sin mirar quien es.
—¿Hola?
—¿Almorzamos juntos?—pregunta la voz de Bridget al otro lado de la línea e inmediatamente sonrío.
—Hola preciosa—digo con mi voz más grave.
—Hola, Jadencito. ¿Almorzamos juntos? Tengo una hora libre.
—Está bien, paso por ti a la universidad. No me extrañes.—ella ríe y cuelga diciendo que me esperará
Tomando mi abrigo, cierro con llave mi oficina y salgo en busca de la mujer que obtiene mis pensamientos cada noche
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Disculpen que sea tan corto. El próximo lo compensará
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Lo que dice tu mirada [Libro II biología "Miradas"]
RomansTodos en esta vida tuvimos o vamos a tener una noche loca. Esas en donde solo quieres beber, bailar y dejarte llevar, así tener aunque sea un solo momento en tu vida en el que puedes olvidar todo a tu alrededor. La realidad te golpea al día siguient...