6| E x p e c t a t i v a s

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Firework—Katy Perry

Bridget:

No recuerdo con certeza el momento en que Charlotte se volvió alguien tan importante en mi vida. Sí, es poco el tiempo que nos conocemos, pero creo que eso no importa cuando las personas correctas llegan a tu vida.

Charlotte Grant, mi amiga incondicional y también el gran amor de mi mejor amigo, Cameron Lawrence. Es una castaña muy simpática, tiene unos ojos grises preciosos que te cautivan y una personalidad chispeante oculta tras una capa de inseguridad, la cual, poco a poco mi amigo logró romper.

Admiro que con lo joven que es, haya sufrido tanto y aún así siga en pie, admirable porque nada hizo que ella se doblegara, admirable porque a pesar de todo logró volver a amarse a sí misma, que es lo importante.

Veo como ella entra en la cafetería que la estoy esperando, como solemos hacer cada sábado, desde hace dos meses, hoy es salida de chicas. Ella y yo, y quizás en algunas ocasiones Wendy, la hija de Cameron, viene con ella.

Son inexistentes las veces en las que puedo decir que me aburro con ella, es muy chistosa, y aunque no lo parezca, es una chica muy charlatana. Siempre es divertido salir con ella a tomar un helado, a dar un simple paseo por algún parque de Londres, salidas al cine, pocas veces a alguna tienda de ropa. Cosas versátiles que puedo realizar con quien considero mi mejor amiga.

—Hola, mujer hermosa—dice ella, y antes de tomar asiento me saluda con un beso en la mejilla.

—Hola, mujer sexy—digo devolviéndole el saludo.

—¿Ya ordenaste?—cuestiona mientras quita su abrigo y lo coloca en el respaldo de su silla. Niego con mi cabeza ante su pregunta.

—Me gusta el lugar de nuestra cita hoy—comento. Estamos en una cafetería moderna del centro de Londres, es simplemente bellísima, es la cuarta vez que vengo, la descubrí gracias a una cita fallida con un tipo que era demasiado retrogrado para mi gusto (claro que eso lo supe luego de que me trajera a esa horrenda cita.)

—Sé elegir buenos lugares, cariño—dice y me guiña un ojo. En eso, una camarera se acerca a nosotras y mientras que Lottie pide un batido de fresa, su favorito, con un brownie con helado, yo pido un café helado con un cupcake de chocolate, mucho chocolate.

Agradezco que mi metabolismo me permita comer bastante y aún así mantener mi forma, aunque hago ejercicio en casa algunos días para también beneficiar mi cuerpo.

—Así que, ¿puedo saber el porqué tu ausencia en la fiesta de Navidad?— pregunta ella.

Bajo mi cabeza avergonzada, fue demasiada casualidad que la semana que tuve mi inconveniente con Jaden, sea la semana de Navidad, y como se suele hacer cada año, se juntaron mi familia junto con las de mis mejores amigos, pero yo no asistí, por inmadura y por no querer ver el precioso rostro de Jaden, que en ese momento quería golpear.

—Sabes lo que pasó con J, y puede que haya querido evitar verlo.

—Él tampoco fue, no sé si estabas al tanto que a todos les pareció sospechoso, claro que Cameron luego me explicó porqué ninguno de los dos fue.

—¿Él tampoco fue?— pregunto alarmada, porque seguramente cuando vea a mis hermanos ellos se burlaran de ello, como lo hacen siempre.

Nop. Pero dejando de lado ese hecho, que seguramente es insignificante, cuéntame los chismes rosas de tu vida— dice retirando su cabello hacia atrás.

—Eres una chismosa.—menciono riendo.

—Yo no diría chismosa, más bien diría que me gusta estar informada.

Lo que dice tu mirada [Libro II biología "Miradas"]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora