Lo que dice tu mirada [Libro II biología "Miradas"]

15| ¡ S e r é . . . !

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Imagination- Shawn Mendes

Jaden:

Bridget me ha invitado a cenar, dijo que sería algo así como una cena romántica, pero que también tenía algo mega importante que contarme.

Como tengo alma de vieja chusma, estoy arreglándome temprano para llegar lo antes posible a su casa, aunque puede que también sean las ganas de verla, he estado tres días fuera del país, viaje de negocios que tendría que haber hecho Cam, pero, como buen novio que es se quedó con Charlotte quien justo en esos días tenía que hacer su revisión médica después del choque.

Me observo en mi espejo de cuerpo completo, llevo lo que suelo vestir usualmente, camisa de manga larga color salmón y un jean blanco. Aunque cuando ando de entrecasa suelo vestir remeras Tye-dye.*

-¿Qué tal me veo?- le pregunto a mi pequeño amigo, se encuentra sobre mi cama, mordiendo una pantufla vieja de papá.

Cuando le hablo él se limita a mover su colita y bajar de la cama para venir hasta mi.

-Supongo que eso es un sí-hablo prácticamente solo, mientras abrocho el último botón de mi camisa.

-Y también supongo que estoy loco por hablar con un ser que no puede responderme.

Aunque, en mi defensa, los pequeños animalitos pueden entendernos, sienten nuestras emociones y saben interpretar lo que les decimos.

¿Por qué los llamamos perros si ellos, realmente son Dioses?

Preguntas que no me dejan dormir por la noche, supongo.

-Ven amigo, hora de tu comida.

Sahumerio me sigue hasta la cocina, en donde tiene su platito con agua y en otro le pongo un poco de su alimento.

-Si te portas bien estando solito, obtendrás un premio.-digo acariciando su cabeza, mientras come.

Río cuando bebe agua y deja un camino de gotitas que le chorrean.

Miro la hora en mi reloj de muñeca y viendo que ya es momento, tomo mi chaqueta, me despido de mi amigo peludo mientras se recuesta en el sofá.

Confío en él cuando lo dejo solito, porque he notado que es demasiado tranquilo y no un cachorro que hace travesuras.

Me doy cuenta que de verdad amo a mi perrito cuando salgo de casa con una sonrisa.

Y también estoy seguro de que amo con mi ser a la persona que me lo regaló.

***

-Toc, toc-golpeo la puerta del apartamento de Brid.

-¡Voy!-contesta ella, al segundo, tengo a mi pequeña muñequita con pelo violeta frente a mí.

-¡Hola a ti!-digo y la tomo con cuidado por la cintura, acercándola y haciendo que su cuerpo se amolde al mío. Ella sonríe y posa sus manos en mis hombros.

-Hola, amor-dice ella con esa sonrisa que me vuelve loco, se estira un poco y conozco sus intenciones, por lo que, me inclino para darle acceso a mis labios.

Me pone de muy buen humor, notar que ella se encuentra bien, que sus ojeras han desaparecido, que tiene ese brillo de nuevo en sus ojos e incluso a subido de peso, algo que hace cosas buenas por sus curvas a mi parecer.

-Te extrañé-susurra ella luego del apasionado y húmedo beso que compartimos en la entrada de su casa. Apoya su nariz en la mía.

-Solo han sido tres días, pero yo también te he extrañado.