Sus ojos

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Hace muchos años atrás, una joven pirata de 22 años era temida por todas las embarcaciones del mundo, era conocida por ser la pirata más rica de todos los sietes mares, de poseer tesoros nunca antes vistos y de enfrentarse a infinidad de navíos, los culés simepre acababan bajo el mar, esa pirata era la temida capitana Dayra Drake, hija del capitán Jack Drake el rey de los piratas.

La joven pirata, se encontraba navegando los sietes mares con una carga inmensa de oro y joyas, contemplando el inmenso mar, cuando de repente se produce un temblor en el mar, lo que provoca que toda la tripulación e incluso Dayra, estén alerta

- Darme el catalejo ¡Rápido!

Dayra a través del catalejo observa como un gigantesco tentaculo sale del mar

- ¡PREPRAR LOS CAÑONES INMEDIATAMENTE!

Dice preocupada la pirata, ante esto la tripulación rápidamente preparan los cañones. Uno minutos más tarde, se vuelve a producir un temblor pero esta vez aún más fuerte, de golpe, un tentáculo gigante sale del mar y parte el barco en dos, los piratas desesperados se lanza al agua mientras que Dayra intenta quedarse en su mitad del barco y dispara al tentáculo con su trabuco. Ante esto, la criatura gigante agarra con sus tentáculos el trozo de barco donde se encontraba la capitana y lo hace a pedazo, provocando que la joven cayese inconsciente al mar mientras que el resto de tripulación se moría ahogada o era devorada por la criatura.

Ya con el barco completamente hundido, el cuerpo de Dayra se encontraba flotando entre algunos restos de barco e incluso cuerpos de piratas muertos.

Muchas horas más tarde, el cuerpo de la joven llega a parar en la orilla de una pequeña isla, Dayra al sentir el calor de la arena y del sol penetrar en su piel, se despierta tosiendo un poco de agua y se levanta algo confundida y mareada. Al levantarse contempla la pequeña isla mientras se va quitando algunas algas que tenía pegadas al cuerpo y se vacía las botas de agua

- ¿¡Donde coño estoy?!

Desesperada se adentra en la selva en busca de algo que ni siquiera sabía. Después de unos largos minutos caminado, llega al otro lado de la isla donde por suerte se encuentra un barco, al verlo empieza a saltar y hacer señas de auxilio. La joven desde lejos ve como una pequeña barca probiniente del barco se acerca a la orilla con dos hombres abordo, al llegar a la orilla dice uno de los dos hombres

- Señorita ha tenido suerte, súbase

Sin más remedio Dayra se sube a la barca pero algo desconfiada

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