Sus ojos

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Ante lo que acababa de decir el hombre, Matthew ordena a sus tropas que bajen las armas

- ¿¡Dónde diablos está?!

Dice Matthew perdiendo los nervios agarrando al hombre del cuello de la camisa

- Quiero algo a cambio y se lo diré

Matthew suelta al hombre

- ¿Que quiere a cambio?

- Quiero un navío de los vuestros

Dice el hombre señalando a los tres navíos reales

- trato hecho ¡Ahora dígame dónde esta mi hija!

- La tripulación de Dayra se dirige hacia el tridente de Poseidón

- ¿Tridente de Poseidón?

- Es una isla la cual tiene una montaña en forma de ola situada al norte

- De acuerdo...se lo diré al cartógrafo...gracias por su servicio señor

Después de eso Matthew, con su pistola dispara al hombre, dejando a todos los ciudadanos de alrededor impactados, mientras que a su vez vuelve tras sus pasos para dirigirse al barco.

Mientras tanto en el barco, Emma se encontraba atada al mástil sin despegar la mirada de Dayra, la capitana, a su vez estaba mirando el horizonte con su catalejo en busca de tierra a la visita y a través de él observa un banco de tiburones, entonces cegada por el dolor y la rabia ordena a la tripulación

- ¡Traer la tabla! ¡Vamos hacer caminar por la tabla a la señorita!

Emma al escuchar eso se pone histérica e intenta liberarse de las cuerdas, las culés la ataban al mástil

- Dayra porfavor no

Súplica la mujer, mientras tanto Edward atónito ante lo que acababa de escuchar se acerca a la capitana

- ¡¿Y la recompensa?!

- ¿Quién ha dicho que me puedas levantar la voz? ¿¡Quién se puede saber que te ha dicho eso?!

Grita enfadada Dayra

- ¡¿Quieres irte con ella al mar?!

- No capitana...

Contesta Edward tragando saliva

- ¡Entonces traela aquí inmediatamente!

Ante la orden, Edward rápidamente se va hacia al mástil y desata a la mujer de ahí sin liberarla del todo

- Edward porfavor ayudame...

El hombre apenado no le contesta y lo lleva hacia la capitana. Dayra sin dirigirle la mirada a la mujer, ordena que le tapen la boca mientras que otros piratas ya sostenían la tabla y esperaban. Con la mujer ya atada de brazos y con la boca tapada con un trapo, la empujan hacia la tabla, Emma se encontraba asustada, mirando el profundo mar para después mirar los ojos de Dayra.

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