Sus ojos

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- Todo eso lo he hecho para protegerte Emma...¡El mundo no es como tus libros Emma! ¡Es peligroso! Además...¡Debes olvidarte de esa mujer! ¡Tu no la amas! ¡Ella te ha manipulado para tenerte a su favor! ¡Vas a ir al infierno! Que atrocidad dios santo

Ante las crueles palabras de su padre, Emma se va hacia el barco conteniendo las lágrimas.

Mientras tanto en el barco, los dos guardias que tenían a Dayra, la sueltan bruscamente en la celda y rápidamente le cierran la puerta, la mujer desesperada, va corriendo hacia la puerta e intenta arrancar los barrotes

- ¡Soltarme! ¡Emma!

- Es inútil capitana...las celdas están muy abajo de la cubierta

Se oye a lo lejos una voz masculina, la cual le resultaba familiar a la capitana, al girarse se encuentra a Will en una esquina con el rostro ensangrentado

- Will...¿Que te ha pasado? ¿Que haces aquí?

- Lo siento capitana me vieron los ingleses y no tuve otra opción que decir dónde estabais...

- No te preocupes, pero...¿Porque no estás con Edward?

- Me pareció injusto lo que ha hecho con vosotras y me enfrenté...aquí me ve con la nariz rota y encerrado...

- Gracias Will...has sido el único leal

- Es lo mínimo que podía hacer...nos ha dado mucho capitana

Después de las agradables palabras del hombre, Dayra abraza a Will con cuidado.

Mientras tanto en el camarote del gobernador, se encontraba Emma encerrada caminado de un lado a otro del lugar, no podía parar de pensar en la capitana y en alguna solución, en ese instante se comenzó a replantear varias cosas, se preguntaba si realmente hacia bien en amar a la pirata, si realmente Dayra la amaba de verdad o era una simple estrategia como la de Edward, el porque amaba a una mujer cuando eso era pecado y desde pequeña le habían enseñado que eso estaba mal, porque estaba mal amar a una mujer si es una persona igual, que pasará con ellas dos y si volvería a ver a la pirata...

Después de unos largos días, Edward y su tripulación finalmente llegan a la isla donde se encontraba el tridente de Poseidón, con decisión, bajan del barco y se adentran en la isla. Posteriormente de unos pasos la tripulación y Edward encuentran la conocida montaña en forma de ola, la cual sin dudarlo entran en su interior. Al entrar, los hombres ven una cantidad infinita de oro y joyas, y en el centro de todo el lugar, debajo de una resplandeciente luz, se encontraba el famoso tridente de Poseidón, hecho de oro y oro azul, Edward hipnotizado se acerca al tridente y lo empieza a tocar con las yemas de sus dedos

- Es magnífico

Dice fascinado mientras lo contempla. Después de investigarlo profundamente, observa como en el centro hay un hueco vacío, donde supuestamente va la piedra de aquimarine, sin dudarlo, el hombre saca la piedra de su bolsillo y la coloca en el pequeño espacio.

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