Enemigo Perfecto

⍣ Capítulo 8 ⍣

Capítulo 8

A pesar de que el líder el clan Kanawut estaba en calidad de desaparecido, sus hombres seguían trabajando dentro de lo que su normalidad lo permitía. Evidentemente seguían buscando a su jefe aunque no tenían ni la más remota idea de dónde pudiese estar, tal parecía que la tierra se lo había tragado y conforme pasaban los días no podían evitar sentirse negativos con respecto a volver a ver verlo con vida.

- Señor – Thiam interrumpía la placentera reunión de su jefe con una señorita de la vida galante.

- ¿Qué pasa? – respondió Wang de mala gana retirando su boca del cuello de la chica que estaba sentada en su regazo.

- Lamento la interrupción, pero creí conveniente que supiera que un nuevo comando ruso viene hacia Tailandia –

- ¿Bajo qué bandera? – el líder de los Chanthara le prestó más atención a su guardaespaldas cuando mencionó a los soviéticos.

- Vienen con los Kanawut pero no sabemos si como amigos o no –

- Quiero que los vigiles muy de cerca – comentó Wang – espero que vengan a acabar con los hombres de Kanawut – sonrió con malicia - ¿Han sabido algo del idiota de Gulf? –

- No señor – respondió Thiam – sus hombres lo siguen buscando, aunque se escuchan rumores de que las búsquedas son solo para ocultar su muerte –

Wang permaneció en silencio pasando descaradamente su mano por el muslo de la chica que le hacía compañía. No tenía ni la vergüenza ni el pudor de meter sus dedos por debajo del vestido que usaba, ocasionando que la mujer se retorciera sobre su regazo. No obstante, Wang tenía su mente ocupada en otras cosas.

- Hasta no ver el cadáver de ese cabrón no podemos confiarnos – alegó el mayor – mantenme informado de todo –

- Como ordene señor –

Thiam salió del despacho de su jefe con una molesta y muy dura erección. La prostituta que se había conseguido el jefe estaba buenísima, con piernas ridículamente largas, tetas enormes y con cero recato y decoro. La mujer se dejaba tocar por su jefe delante de él y abría las piernas dejando al descubierto sus bragas de lencería roja. Estaba mojada y él quería penetrarla para calmar su calor.

Pero era la mujer del jefe, al menos hasta que se aburriera de ella y les permitiera poseerla. Sin duda abogaría por ser el primero, tenía mucho tiempo sin joderse a alguien y su necesidad le estaba pasando factura.

- Aquí Jan – respondió la voz de su compañero al otro lado del teléfono.

- ¿Has sabido algo del paradero de Kanawut? – preguntó Thiam con tranquilidad, sin duda Gulf Kanawut era un jodido dolor de culo incluso estando muerto, porque así lo creía él. 

- No, nada Thiam, pero tengo noticias de los rusos –

- ¿Qué con esos putos extranjeros? –

- Creo que tendremos que aliarnos con los Ratnaphan, esos güeros congelados vienen en son de guerra contra nosotros, uno de sus líderes murió en la emboscada donde desapareció Kanawut y no están contentos – dijo nervioso - y no olvides que los Kanawut están a cargo del demente de Aran, así que... -

- ¡Maldita sea! – exclamó Thiam colgando la llamada. Necesitaba decírselo de inmediato a su jefe, pero antes de entrar nuevamente a aquella habitación, se daría un poco de placer escuchando los gemidos de la guapa mujer que estaba metida en aquella habitación con Wang Chanthara.

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- Me estabas hablando de Mewie – le indicó Gulf a Kavi cuando Mew los dejó solos en la habitación.