U.A no siempre califica de manera justa en los exámenes de admisión. Problema que afecta directamente a Nigiyaka Tsukare, cuyo Kosei fue mal evaluado teniendo como consecuencia un cambio en su educación. Pero todo cambaría después del prestigioso...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Estaba sentada en una camilla con semblante enojado y con su hombro envenado mientras recibía indicaciones de su médico de turno, las cuales eran completamente ignoradas por la pelinegra. Sabía a la perfección como tratar una quemadura de segundo grado, su mente estaba más concentrada en si había pasado el examen o qué sería de ella si sus resultados eran malos.
—¿Puedo ir a mi dormitorio? —Pidió interrumpiendo al interno que la atendía mientras este fruncía el ceño por aquella falta de respeto— Soy parte del soporte médico del Hospital de Hosu, sé cómo lidiar con esto—Explicó de mala gana sin mirar a los ojos del susodicho ganándose una cara de asombro por este.
—Te recomiendo reposo por un par de días, sería mejor que no asistas a clase hasta que tu herida deje de supurar y se le baje la temperatura, no será mucho tiempo a juzgar por tu nivel de regeneración celular. Ten esto—Dijo entregándole dos papeles abrochados—Es una receta para unas cremas y medicinas y un permiso para que te quedes en tu casa tranquila. Sería mejor que tus padres se queden contigo, así tienes compañía y evitas movimientos problemáticos. —Informó mientras dejaba la sala no sin antes comunicar—Iré a firmar tus papeles para que te den de alta, en unos minutos ya estarán listos.
Se quedó sola en la habitación por unos minutos hasta que un sonido interrumpió sus pensamientos haciendo que ella volteara hacia donde emanaba este encontrándose con su progenitor.
—¡Hija! Aizawa me contó todo, no te preocupes, esos chicos serán penados gravemente—Habló casi sin respirar Kousuke sofocando a su vástago, esta en respuesta movió su mano sana haciendo alusión a que se callara.
—¿Qué hiciste qué? —Preguntó sin dar créditos a sus oídos— Fue un accidente, no era su intención lastimarme, Shouto nunca me haría daño adrede—Defendió con voz firme— E Inasa tampoco quiso que esto sucediera, fue todo un mal entendido.
—¿Y los defiendes? Espera ¿Llamaste al hijo de Endeavor por su nombre? —Interrumpió sin poder creer lo que su hija decía para luego sacudir la cabeza y volver a la conversación— Te lastimó, Tsukare, entiende, tu cuerpo no soporta las altas temperaturas y no es justo que salgas herida por la irresponsabilidad de un chiquillo imprudente.
—¿Queres que hablemos de lo justo? Bien, un Héroe profesional sin ningún parentesco familiar conmigo tuvo que mover sus influencias para que tu hija salga de la cárcel—Explicó con la mirada pesada y voz cínica—Mientras que mis propios padres miraban cómo me torturaban psicológicamente sin hacer nada al respecto ¿Eso te parece justo también? —Escupió sonriendo falsamente.
—No estamos hablando de eso, Tsukare, ya te dijimos con tu madre lo que pasó en esa ocasión, no manipules la conversación—Ordenó con seriedad el ojimorado.
—Pues entonces escúchate, no nos vemos hace casi un mes y lo primero que haces es atacar verbalmente a la única familia que muestra interés en mí. Ni siquiera te tomaste el trabajo de preguntarme cómo estoy o cómo me fue en el examen ¿Sabes de quién fue el primer mensaje de texto que recibí cuando desperté? De Fuyumi, la hermana mayor de Shouto —Dijo tratando de medir sus palabras, pelear con sus padres era igual que hablarle a una pared, no resolvería nada. Suspiró ganándose el silencio de su papá, quien estaba mirando al suelo notando cada vez lo ausente que estaba en la vida de su niña. Con los hombros caídos y la mente hecha un embrollo asimilando lo madura que la chica era y sus palabras que toda la razón tenían.
