Libertad-Promised No Neverland (Ray × tú)

Reencuentro (Temp. 2)

Volumen 2

Capitulo 4

Reencuentro

En un pueblo algo alejado de las granjas pasaban cuatro demonios que salían del pueblo.

Subían escaleras hasta llegar a un templo casi en ruinas, usaban un cuarto de este mismo para refugiarse ya que no eran demonios, era lo que los demonios llamaban "Carnes de Grace Field".

Por el momento estaban contando plantas, comida y dándole cuerda a la radio que robaron del refugio hace seis meses, era veinticuatro de Enero del 2047 después de todo.
Estaban bastante bien instalados a pesar de tantas dificultades.

—Llegaron, avisen por favor—Una albina con heterocromía habló desde lo alto de una torre, una que usaban como torre de vigilancia.

Uno de los niños que estaba con ellos dio aviso haciendo sonar un cascabel instalado en el techo.

Gilda, Emma, Don y Ray habían ido a conseguir comida a la ciudad disfrazados de demonios para pasar desapercibidos.

Estaban más cambiados desde la última vez que se vieron al espejo.
Emma tenía una trenza que cubría la parte de su ausente oreja izquierda, Gilda tenía una media cola, Don tenía el pelo desordenado y más largo, mientras que Ray no había cambiado casi nada, seguía con su look de emo.

En eso unos pasos se escucharon, era dos niños junto con Sele.

—¡Bienvenidos!—Ambos niños exclamaron al mismo tiempo.

—Sele sonrió.—Bienvenidos ¿Cómo les fue?—

—Conseguimos algo de comida—

—Me alegro—Cerró los ojos para sonreír mostrando los dientes.—Ayudaré con la comida—

—Sele...—

—Tengo que comer para ir a mis tareas y puedo hacerlo ahora que están aquí—Fue directamente con Nat para que fuera su ayudante.

Ay Sele, te esfuerzas tanto. Pensó Emma al recordar la tarea de su hermana.

Que por cierto tenía el cabello más largo, usaba una trenza de lado colgando de su hombro derecho, según ella, era más cómodo y le gustaba porque no tenía todos sus blancos cabellos en la cara.

Sele estaba sirviendo los platos para después rezar y dar gracias por la comida.

—Esto es para mañana y para el día siguiente—

—¿Qué haremos?—Preguntó la ya no tan pequeña Ivet.

—¡Mañana seguramente conseguiré mucha comida!—

—No te esfuerces—Eso fue lo que dijo Anna, no querían volver a verla mal.

Empezaron a decirle a la chica que no tenía nada porque preocuparse, según ellos, estarían bien.

Ese día, en la noche los más grandes fueron a escuchar la transmisión de las granjas.

—Todo estuvó normal—

—¿Qué deberíamos hacer ahora?—

—No podemos seguir huyendo por siempre—

—Nosotros somos capaces de escondernos de los perseguidores, tenemos una recepción aquí, así que podemos comprobar lo que está pasando en la Casa, pero...—

—Desde el ataque en el refugio no hemos podido hacer nada más que escondernos—

—Habría sido posible en el refugio, pero no podemos traer a Phil y los demás aquí, tenemos las manos llenas—