Siete

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Tiene las cobijas hasta la cabeza, el calor se esparce por todo su cuerpo, insistiéndole por despertar ya, pero Sam es perezosa y también es brillante soportando la temperatura combinada de su cuerpo con el de la Danvers mayor. Estira las piernas en un intento por reacomodar su postura para seguir durmiendo, a cambio se gana una muerte por aplastamiento. Kara con su energía reestablecida, su barra de mimos llena y su espíritu navideño le arranca las sábanas de encima.

—¡Es Navidad!

—Quítate de encima —escupe Alex a cambio, entornando los ojos.

Lena aparece en su campo de visión, rodeándole la cintura a su novia, pidiéndole dejar de aplastar a Sam con su alegría infalible. —Me gustaría seguir teniendo mejor amiga para el final del día —susurra en su oído, con demasiado cariño como para ser una queja. La preocupación se le escapa del pecho cuando las observa volver paso a paso a la normalidad, siendo quiénes eran. No tiene tiempo para quejarse por su cursilería cuando Alex le rodea la cintura para seguir durmiendo, no es que Sam tenga un crush inevitable con la hermana mayor de su amiga rubia, pero es exactamente eso.

Se tensa completamente, quedándose sin aliento. —¿Danvers mayor qué...?

—Ocupas demasiado espacio en mi cama —murmura, arrastrando las palabras gracias al sueño restante en su organismo. Kara le lanza una mirada interrogante a Sam, analizando su cara de circunstancia.

—Alex, si no te levantas en este momento me voy a comer toda la comida del refrigerador y Eliza preparó tus favoritos, entonces: arriba —Kara le hace el enorme favor de ofrecerle la mano para desenterrarla de debajo del cuerpo ajeno y ella finge no tener la cara pintada en sonrojo o los ojos brillantes de emoción. Lena le arquea una ceja cuando la ve pararse con su cara de idiota integral. Alex se echa la manta sobre los hombros, quejándose todo el camino abajo.

—Más te vale tener un buen regalo para mí o voy a asesinarte —encaprichada se hace bolita en un costado del sofá. —¿Desde cuándo desbloqueaste tu función de calefacción central? —Sam le sonríe tan contenidamente como es capaz.

—Antes de octubre —responde Lena en su lugar, porque es ella quien lleva los registros biológicos de su mejor amiga, luego le lanza otra mirada indescifrable a Sam.

—¡Mamá! ¿Ya podemos abrir los regalos? —Eliza se apoya en el marco de la puerta, asintiendo en su dirección. Luce —como en el último par de años— cansada y desilusionada, aunque se esmera en hacerles creer que no es nada grave, aunque quizás lo sea. Es simplemente la desesperanza de no recibir noticias de Jeremiah. No es tan simple, después de todo.

Kara está enfundada en su nuevo suéter navideño, el cual Lena declaró adorable, aunque siendo justos, Kara tiene demasiadas prendas navideñas y no suficientes navidades para utilizarlas. Le da un sorbo a su té —maldita Lena— mientras observa por la puerta de la cocina a sus dos amigas, asoleándose bajo la luz amarilla y gentil del invierno en Midvale. Las quiere demasiado.

—¿Crees que estén bien? —Alex ocupa uno de los bancos de la barra, mirándola con esos ojos cafés siempre silenciosamente amenazantes.

—Sí, lo estarán.

—Pronto acabaré la carrera —comenta. —Y no sé qué hacer de mi vida.

—¿Has visto con quién hablas? Estoy estudiando Negocios por alguna razón que ni yo sé —alega. —El futuro me va a golpear como un tren, lleva haciéndolo mucho tiempo.

—Al menos Lena te va a dar trabajo —le sonríe. —Pero mírame bien, ¿me ves portando una bata blanca todos los días de nueve de la mañana a seis de la tarde?

People are complicatedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora