Faltaban solamente dos semanas y tres días para que la legión se marchara a su misión más importante de todas: ir a sellar el muro María. Esta vez contaban con el apoyo de todos y todo estaba a su favor. Eso por supuesto, motivaba en gran medida a los soldados miembros del cuerpo de exploración, y Eren no era la excepción.
El castaño tenía prácticamente todo el peso sobre sus hombros, de él dependía el éxito de la misión. Por eso, tenía que estar más descansado y bien alimentado, pues gastaría muchas energías, aunado a los entrenamientos que no debían parar hasta llegado el día.
Sin embargo, para el jovencito, era prácticamente un honor, el ser precisamente el, quien salvaría a su gente, además de que cobraría venganza en contra de los que alguna vez, le arrebataron su mundo. Al saber que su hermana estaba con mejor salud y recuperándose, pudo concentrarse más. Ahora podía irse tranquiloy darlo todo, ya que la preocupación por Mikasa era lo que lo mantenía sumamente desconcentrado de su objetivo. También lucharía por ella y su hijo, para darles la libertad que se merecían.
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Para ese entonces, la salud de la azabache parecía estar estable, ahora más que nunca, se mantenía activa y con mucha más energía. Y eso era, debido a que ella realmente quería mejorar, quería volver a ser la de antes, y lo haría por su hijo, aquel a quien alguna vez negó y maldijo, pero que ahora estaba muy arrepentida de haberlo hecho.
Hubo también otro suceso, el cual incluía a Petra. La chica peli naranja visitó a Mikasa sorpresivamente, su intención: pedirle perdón y tratar de llevarse bien con ella. Lo había prometido mucho antes, cuando la azabache cayó en cama y no se sabía nada acerca de su destino. Por lo que, al saber que estaba despierta y al parecer muy bien, no quiso perder más su tiempo, pues el día para partir hacia la muralla María se acercaba y no quería tener ese peso sobre sus hombros, ya que, era incierto si iba a sobrevivir.
Un día antes Petra había ido al pueblo a comprar algún presente para Mikasa y también ¿Por qué no? Para su hijo. Lo hacía con la mejor intención.
Cuando llegó donde la pelinegra, esta última realmente se sorprendió con su visita. No esperaba verla y aunque no le cayera mal, no dejaba de ser extraño. Sin embargo, quiso dejar cualquier sentimiento negativo a un lado, para abrirse con esta. Petra llegó con una ligera sonrisa y algo apenada, no sabía cómo romper el hielo con la azabache. Comenzaron a hablar de cualquier cosa y dando lo mejor de sí para llevarse bien.
- Qué bueno que estas mejor Mikasa, no sabes cómo nos preocupó tu situación.
- ¿Enserio todos estuvieron preocupados? - preguntó la pelinegra con sarcasmo, a ella le daba igual lo que los demás pensaran o como se sintieran.
- Así es, aunque no lo creas. En especial el capitán Levi. - dijo Petra con seriedad. - el más que nadie sufría en silencio, y aunque no dijese nada, yo podía percibir esa aura de tristeza e incertidumbre que traía consigo.
- Lo dices como si lo conocieras muy bien. - Mikasa entrecerró sus ojos en señal de intriga, haciendo que Petra se sintiera nerviosa.
- Pero que dices... bueno, la verdad al estar tanto tiempo con él y convivir demasiado, llegué a conocerlo....
- Estas enamorada de el ¿cierto? - Mikasa soltó de golpe. Y aunque no estaba molesta, si llegó a experimentar cierta confusión dentro de ella, un sentimiento nuevo que la hacían sentir escasamente mal. Pero lo dejo pasar, después de todo, ella sabía que Petra sentía algo por su superior desde hace mucho.
- ... vamos Mikasa ¿Por qué preguntas eso? Yo ya no... - rápidamente se llevó ambas manos a la boca.
- Descuida, no estoy molesta. - le sonrió ligeramente.
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UNA ELECCIÓN CON REMORDIMIENTOS [RIVAMIKA]
FanfictionMikasa Ackerman, es una joven muy fuerte conocida como la soldado que vale por 100 hombres. Distante, seria y reservada con todos, a excepción de sus seres más cercanos, que la conocen bien, ya que saben el triste y melancólico pasado que ha sufrido...