─✧ miracles maker /lipsoul/

II. 🦉

Desde nacimiento, Jungeun era un poco mala para comer, o mala para salir, o mala para comunicarse

Pero todo empeoró el día que se enfermó aún peor, el día en que solo le dijeron que se alejara de las cosas:

—Mamá, ¿Por qué no puedo hacer ningún deporte desde ahora en adelante?— Preguntó con inocencia la niña, pasando por la cancha de baloncesto callejero

—No puedes, Jungeun— Dijo la madre normal —No es para ti—

—Pero me gustaría intentarlo— Dijo deteniéndose un poco más allá, en la cancha de Voleyball

—No se puede, Jungeun. No puedes hacer nada que te altere, nada que te lastime— La madre usó las palabras más simples que tenía, las que menos sean sospechosas

Jungeun se quedó en silencio conformada, la verdad no estaba conformada, pero se supone que le estaban dando una buena razón. Colocó su mano en el metal de la reja que la separaba a ella, de las niñas normales. Escuchaba los balones rebotar en el piso y las jugadoras gritar, eran solo chicas mayores y con buenas energías

De pronto, aquella chica de ojos verdes y cabello negro, hizo su remate donde el otro equipo no pudo detenerla. Al rato lo vuelve a tirar y lo levantan, pero cuando rematan de vuelta, se lo terminan bloqueando, haciendo que logren el punto

Al final terminó ganando el partido ese equipo, con un remate de una castaña que dio justo en el ángulo que querían. Todas fueron a abrazar a la castaña e hicieron una ronda en celebración, mientras el público les aplaudía

—¿Algún día podré gritar como ellas o saltar así?— Preguntó Jungeun afirmando la reja con todas sus fuerzas

—Que puedes esas cosas más pequeñas sí—

—¿Y por qué no puedo jugar un deporte como ese?— Preguntó con toda la decepción en su cuerpo —¿Es que soy débil?—

—No, no eres débil. Que tengas menos fuerzas o capacidades que otros no te hace débil— Recalcó la madre con seguridad

—¿Entonces por qué?—

—Tú misma deberías sentirlo— Con eso, dejó más confundida a Jungeun que la miraba atenta —Ven, tenemos que irnos—

—¿A dónde?— Antes de avanzar, esperó su respuesta

—Al hospital, Jungeun. Ya te había dicho por qué salimos de casa— Ofreció su mano hacia atrás, para que la niña la mirara con duda

—Pero yo ya me siento bien— Respondió la niña con un rostro de decepción, entonces de forma lenta toma su mano

—Eso es lo que dices tú hoy, pero mañana puede no ser así— Respondió dando la espalda

En algún momento, una madre tenía que contarle la verdad a su hija. En algún momento la misma niña se podía dar cuenta, lo mejor era que su misma madre se lo dijera. El problema, es que no se sentía con la fuerza de hacerlo. No sabía cómo decirle a una niña de 5 años eso

Avanzaron tomadas de la mano hasta la entrada, avanzaron hacia el lugar que correspondía, su madre fue hacia la ventanilla para asegurar y después las dos esperaron juntas que diera la hora. En la sala de espera, había una televisión prendida en la parte de las noticias a un volumen moderado, las otras personas estaban en total silencio y además de la televisión solo sonaban pisadas de personas pasando

Su madre de la nada desaparece de su lado solo para apoderarse por un momento del control remoto de la televisión. Nadie le estaba tomando atención o importando un poco. Cambió del canal a uno que uno era de noticias si no uno con personas interactuando, no sabía de qué hablaban, pero prefirió dejarlo en ese