CAPITULO 19: DESPEDIDAS

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<Narra Alonso>

La lleve a cenar a un lugar no muy público, ese era un momento que solo quería disfrutar con ella. Mientras cenábamos recordábamos como nos habíamos conocido, cuando le di el primer beso, como primero fuimos como mejores amigos y ahora lo seguimos siendo pero con una relación, todo.

Ese mismo mes saldría nuestro disco a la venta y ella me había insistido mucho que le enseñara aunque fuera una canción. Precisamente ese día nos habían dado unos discos tipo demos, venían todas las canciones así que saliendo de cenar la lleve al departamento, camino a él le conté que pon fin lo iba a escuchar y estaba muy emocionada. En cuanto llegamos lo pusimos y nos recostamos en el sillón.

Ros: ¿Dónde está Layla?

Alonso: Pues hoy solo íbamos a ser tú y yo así que la lleve a casa de Alan. Mañana la pasamos a recoger. No quiero que nada nos interrumpa esta noche.

Ros: Tan romántico como siempre.

El disco paso a la segunda canción.

Ros: ¿Esa como se llama?

Alonso: “Muy Bien”

Ros: Espera… espera, esa es tu voz.

Alonso: Si.

Ros: El coro esta buenísimo.

Acabo esa canción y siguió “Término”, ella y yo nos pusimos a bailar como niños chiquitos por toda la casa y moríamos de risa porque yo hacía unos pasos muy tontos mientras cantaba, en pedazos de la canción la cargaba y le daba vueltas o le hacía cosquillas y ella reía mucho, me encantaba verla así. Llego la parte más calmada de la canción, la tome por la cintura y puse mi nariz en la suya para luego darle un beso, de repente dio el giro la canción y regreso al ritmo normal volviéndonos a alocar bailando, nos divertíamos tanto juntos. El disco pasó a la siguiente canción y nos sentamos un poco más relajados en el sillón. Como ya era costumbre ella puso su cabeza en mi pecho mientras escuchábamos.

Ros: Es una de las canciones que los chicos estaban cantando en mi casa ¿verdad? ¿Cómo se llama?

Alonso: “Eres”.

Ros: Es muy hermosa. Me encanta.

Alonso: Me recuerda mucho a ti.

Comenzó a llorar, dijo que la letra le había llegado mucho así que cuando termino me pidió que la pusiera otra vez y otra vez.

Ros: Se que no te gusta hablar de esto. Pero como yo un día te dije, estoy totalmente consciente de lo que va a suceder. Quiero que cuando eso pase encuentres a alguien más. Alguien que te quiera igual o más que yo. Prométemelo.

La di un beso en la cabeza y no le respondí, una lagrima empezó a salir yo aun era débil ante ese tema.

Ros: Alonso… no solo te quedes callado por favor, promételo yo estaría más tranquila sabiendo que tú eres feliz. ¿Sabes? Cuando te dije que había investigado sobre mi enfermedad te mentí. En realidad una de las veces que me llevaste a chequeos y luego a mi casa escuche que le decías a mi mamá todo lo que el doctor te había dicho, sé que es algo inevitable. Quizá estoy arruinando el momento que tenemos pero era necesario.

Alonso: Ahorita no quiero pensar en esas cosas, me ponen mal. Por favor, los milagros existen, te estamos cuidando mucho yo se que puedes quedarte más tiempo conmigo, vamos a tener hijos y nos haremos viejitos juntos. Lo presiento, me he soñado así contigo. Por favor no pienses en esas cosas ahora.

Ros: Pase lo que pase sabes que te amo. –Fue por su bolsa sacando algo de ella- Ten, guárdala muy bien y no la leas, no hasta que haya sucedido.

Mi mejor casualidad (Alonso Villalpando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora