CAPITULO 15: UN LUGAR PARA LOS DOS

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Alonso señalo un edificio y no entendía. ¿Cómo que ahí cenaríamos?

Alonso: Ya llegamos.

Ros: No veo ningún restaurante ¿Dónde cenaremos?

Alonso: Ahí… Ven vamos.

Entramos al edificio y subimos las escaleras el me tomaba de la mano. Abrió la puerta de uno de los departamentos y me dijo que entrara. En el departamento solo había una pequeña estufa, una nevera chica, una mesa, un sillón y en uno de los cuartos se veía un colchón.

Alonso: ¿Te gusta? Quizá pienses que estoy loco, que no llevamos tanto ni de conocernos pero algo me dice que quiero pasar tanto tiempo como sea posible contigo. Llámame tonto pero estoy totalmente seguro de lo que siento. Este departamento es de los dos.

Ros: -sonriendo- ¿Ósea cómo?

Alonso: Mira, no te estoy diciendo que te vengas a vivir aquí conmigo, claro que si tú quieres yo estaría encantado. Pero solo lo compre para cuando queramos escapar de todos venir aquí contigo, para que aquí no me regañen cuando quiera despertar viéndote dormir.

Ros: Es hermoso Alonso.

Alonso: Y es de los dos. Y lo vamos a estrenar con una cena que yo mismo preparare.

Ros: Eres tan lindo. ¿Me dejaras ayudarte?

Alonso: Ya te iré diciendo.

Sentía raro que hubiera hecho eso, cuando las parejas compran un departamento para los dos es porque ya llevan tiempo estado junto, dos años quizá o uno y es porque se aman, pero si él estaba tomando esa decisión la respetaría y lo disfrutaría junto con él. Se puso un mandil para empezar a cocinar lo cual me dio mucha risa, era el niño más tierno. Tenía tantas facetas, por eso me encantaba. Pensaba que no tenía idea de lo que estaba haciendo pero aun así le echaba ganas y exageraba sus movimientos para verse “profesional”.

Alonso: La comida esta lista señorita, sé que le va a gustar.

Ros: Se ve rico.

Lo probé y sabia tan bien, después de todo y de que se veía confundido mientras cocinaba le había quedado excelente. Cenamos y lo felicite por lo bien que le había quedado.

Alonso: Entonces. ¿Si te gusto princesa?

Ros: Me encanto, a partir de hoy es mi platillo favorito.

Alonso: que bueno vida, entonces tendré que cocinarte más seguido.

Ros: Oye. ¿Y todavía me vas a hablar cuando seas más famoso y todos te conozcan?

Alonso: ¿Pero qué pregunta es esa? por supuesto que sí, yo a usted la adoro.

Ros: Era broma.

Alonso: Ven vamos a sentarnos en el sillón.

<Narra Alonso>

La comida que le había preparado le encantó esa noche. Terminamos de cenar y pasamos al sillón a platicar. Después de platicar un buen rato y hacer varias bromas de los rostros de emoción que ponían los chicos cuando les daban sus contratos y como les daban ganas de llorar cambiamos a otros temas, de repente comencé a besarla, esos besos salvajes y sus caricias que ya alguna vez me había mostrado volvieron, comencé a besar su cuello y ella a quitar mi camisa. Quería hacer eso, pero una parte de mi decía que era una mala idea y otra me decía “no seas imbécil, tú en verdad quieres” así que solo deje que las cosas siguieran.

Cuando menos me di cuenta ya le estaba quitando la ropa, la cargue y la lleve al colchón que puse en el cuarto nos metimos entre las sabanas y ahí seguimos el juego. Era tan perfecto ese momento acariciándola, queriéndola y pasó lo que tenía que pasar. Sentía sus manos agarrando mi cabello, bajándolas por mí espalda mientras sucedía, salían suspiros de ella y de mí, sentía como rasguñaba mi cuerpo y mordía mis labios y yo los de ella, era lo mejor.

Cuando terminamos nos recostamos quedando frente a frente viéndonos a los ojos, nunca me iba a cansar de decir y pensar lo hermosa que era.

Ros: Hola.

Alonso: Hola guapa.

Ros: Eres el mejor novio de todos.

Alonso: Y tú la chica más perfecta. Gracias por regalarme esta noche contigo.

La abrace muy fuerte y se acurruco en mi pecho mientras yo acariciaba su pelo, sin pensarlo se me salió un “Te Amo”. Alzo la mira de inmediato, acomodo su barbilla en mi pecho y me vio a los ojos.

Ros: ¿Enserió?

Alonso: Si, ¿Por qué te sorprende? era normal. Eres tan única que me enamoraste súper rápido.

Pasó sus brazos alrededor de mí y me apretó fuertemente, volvió a acurrucarse dando un beso en mi pecho desnudo seguido de un “Y yo a ti”. Estuve acariciando su cabello hasta que me quede dormido.

Al otro día, desperté para hacerle algo de desayunar me quite con cuidado para no despertarla, bese su frente y fui a la cocina. Le corte algo de fruta que había comprado días antes y fui a despertarla para que desayunara.

 Alonso: Hermosa despierta. Vamos a desayunar…. Ros… despierta que tengo que llevarte a tu casa, pero antes vas a desayunar… Vida… bebé despierta por favor. Por favor despierta.

Empecé a perder el control porque no hacía caso, sabía que era una mala idea hacer eso con ella. Corrí por alcohol y lo ponía en su nariz pero seguía sin reaccionar.

Alonso: Anda mi bonita, por favor –llorando- Despierta, no me dejes, yo te quiero conmigo por favor. No me puedes dejar solo te necesito aquí reacciona y dime que tu también me amas. Despiértate por lo que más quieras…

Ros: ¿Alonso?… Alonso…Mi amor no llores. ¿Qué pasa?

Alonso: Tienes que dejar de darme esos sustos. –llorando-.

Ros: Por favor no llores. – Me dijo limpiando mi rostro -

Alonso: Ven, vamos a que comas algo.

Ros: Esta bien…

Mi mejor casualidad (Alonso Villalpando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora