Capitulo 18. La estrategia para la reaparición

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Okazaki dormía plácidamente sobre su cama. El día anterior había sido tan cansado que no se tomó el tiempo de acomodar su habitación, por lo que sus cosas del instituto estaban regadas por doquier.

-Okazaki, ya es de día- escucho que lo llamaban. Las cortinas de su cuarto se abrieron, dándole la luz de lleno sobre el rostro.

-¿Qué haces aquí?- pregunto a Tomoyo.

-Está claro, he venido a despertarte- respondió.

-¿Dónde está mi padre?- pregunto cuando al levantarse no lo vio por ningún lugar.

-Cuando llegue aquí ya no había nadie.

-Siento que hayas tenido que hacer hasta el desayuno- se disculpó cuando vio que todo estaba tan limpio gracias a ella.

-Soy yo la que tiene que disculparse- dijo mientras se sentaba junto a él en la mesa después de servir la comida. –Tendría que haberme andado con más cuidado.

-No digas eso.

-Pero te han sancionado en mi lugar- dijo con culpabilidad. –La verdad es que todavía estoy pensando… que quizás debería acercarme al despacho de los profesores y decirles la verdad.

-Eso es precisamente lo que menos quiero que hagas- dijo muy decidido. –Ya te he dicho que necesito que seas la presidenta del consejo escolar a cualquier precio.

-Es por el club de teatro, ¿no? Pero…- se vio interrumpida cuando el padre de Okazaki entro.

-¿Qué es esto?

-Buenos días- saludo alegre. –háganos compañía si le apetece.

-Vaya, vaya. Hacia bastante tiempo que no tomaba un desayuno así. Aceptare el ofrecimiento. Déjame sentarme a tu lado, Tomoya- mientras él tomaba asiento, Okazaki decidió levantarse, le molestaba todo de él.

-Gracias por la comida. Estuvo muy bueno- dijo mientras se alejaba.

-¿Qué te pasa, Okazaki?- pregunto ella, pero no obtuvo respuesta.

Okazaki decidió que era mejor salir de ese lugar, por lo que se encamino a los dormitorios donde estaba su amigo.

Cuando llego, Sunohara dormía plácidamente, sin ninguna preocupación. Okazaki lo observo por un momento y decidió jugarle una broma. Tomo unos calzoncillos de color blanco con corazones y los coloco delicadamente sobre su cabeza para que no despertara.

-¡Sunohara, despierta!- lo movió un poco para que reaccionara.

-¿Qué quieres a estas horas de la…?- pregunto aun sin abrir los ojos.

-¡Ha venido una chica a declararte su amor!

-¿En serio?- de inmediato abrió sus ojos y salto muy emocionado fuera de la cama. Salió corriendo rápidamente, encontrándose a los del equipo del club de rugby.

Okazaki escucho el alboroto que se generó tras su salida, pues al parecer, la ropa interior era de alguno de ellos y lo llamaron ladrón. Escucho que lo perseguían y golpeaban.

-Las coincidencias dan miedo- susurro Okazaki sin arrepentimiento.

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-¿Te parece gracioso hacer esto?- pregunto Sunohara al volver a su habitación.

-Pues si- contesto mientras acariciaba al gato de Misae. –Trata de verlo como si fuera un despertador.

-¡Ya he perdido la cabeza bastantes veces por culpa de eso!- reclamo. Una vez que se calmó, cambio de tema. –Yo voy a ir pronto al instituto. ¿Tú tienes pensado quedarte aquí todo el día?

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