Capitulo 16 - Tres contra tres

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-Esta peor de lo que pensaba- exclamo Mei escandalizada al ver el estado en el que se encontraba la habitación de su hermano.

-Umm… yo creo que es una habitación muy bonita, típica de un chico- comento Nagisa, que la había acompañado, junto con Okazaki, al lugar donde vivía el rubio.

-Diciendo eso no le ayudas mucho- le dijo Okazaki.

-¡Como hermana suya que soy, no puedo tolerarlo!- dijo Mei un poco molesta. -¡Voy a recoger!

No había pasado demasiado tiempo cuando la pequeña ya había terminado de ordenar la habitación de su hermano. Ya no había ropa en el suelo ni todas esas envolturas de comida regadas por doquier. La cama estaba tendida y hasta el olor era diferente.

-Dios mío, no ha tardado nada- comento Okazaki impresionado cuando volvió a entrar.

-Mei-chan sabe bien como hacer esto- reconoció Nagisa en el mismo tono de voz.

-Voy a llevar esto a la lavadora- anuncio Mei mientras cargaba un montón de ropa. Ambos vieron como salía y escucharon como hablaba con Misae.

-Se esfuerza bastante- reconoció Okazaki.

-Creo que deberíamos guardar esto en secreto- comento Nagisa.

-¿“Esto”?- pregunto confundido.

-Bueno… lo de que Sunohara te quiere- contesto apenada, dirigiendo su mirada al suelo. Okazaki se sorprendió.

Pero la más sorprendida fue la pequeña Mei, que en ese momento entraba a la habitación y pudo escuchar todo.

-¿Eso es cierto?- pregunto asustada. -¿Mi hermano y Okazaki-san están saliendo?

-¡No, no!- Nagisa negó rápidamente. -¡Lo que digo es que Sunohara-san está intentando acercársele!- se dio cuenta de sus palabras y volteo hacia Okazaki. -¡Acabo de decir algo que no tendría que haber dicho!

-Dios mío, menudo problema- Mei suspiró.

-Umm… creo que la forma que adopta el amor depende de cada persona. Creo que cualquier persona es libre de querer a quien sea y como sea- Nagisa trato de tranquilizarla, pero no obtuvo respuesta de la pequeña. -¡Dile algo tú también!- le pidió a Okazaki.

-No. Esto es muy entretenido, deja que me quede como espectador- pidió, divertido con la situación.

Mei suspiró.

-Mi hermano no tiene remedio. Por favor, no odies a mie hermano- pidió a Okazaki. Este estaba sorprendido. –Tiene muchos defectos, pero es muy buen hermano- Okazaki no pudo creer como su hermana, después de todo, lo defendía.

-Mei. Por favor sé mi hermana- pidió mientras le ponía una mano en el hombro de la chica.

-Si. A mí me encantaría tener una hermanita como Mei-chan- exclamo Nagisa emocionada.

En ese momento el mencionado rubio llego hasta la entrada de su habitación y se sorprendió al verlos allí.

-¿Nagisa-chan y Okazaki? ¿Qué están haciendo en mi habitación?- puso cara de susto. -No irán a… convertirla en su nidito de amor, ¿no?- ambos lo miraron, no entendían su reacción. Desde su lugar, el rubio no podía ver que había una tercera persona en la habitación.

 -¡No, no!- negó Nagisa.

-Olvídate de eso, Sunohara. Tienes visita- anuncio Okazaki. –Es una chica joven y guapísima que te quiere mucho.

-¡¿En serio?!- su cara de inmediato se transformó a una de emoción. Dio un gran salto para entrar a la habitación.

-Soy Sunohara Mei. Encantada- anuncio su pequeña hermana con una sonrisa, siguiéndole el juego a Okazaki. Debido a la impresión, fue a caer sobre la mesa.

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