Capitulo 12. Un mundo oculto

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El reloj marcaba la una de la tarde en la pequeña aula de música.

-Te agradezco mucho que me prestaras el violín- le dijo Kotomi a la chica dueña del instrumento mientras se lo entregaba.

-Siento que nos lo hayamos quedado una semana entera- se disculpó Okazaki.

-En realidad esto no es propiedad del instituto- explico esta chica de cabellos negros. –Es algo que dejo aquí un alumno que se licencio hace muchos años. Un profesor me pidió que viera si todavía se podía tocar, ya que es un violín muy viejo.

-Ese violín… es viejo y las cuerdas están muy desgastadas, pero es un violín maravilloso- Kotomi estaba fascinada con el instrumento. –Por favor, no lo tires. Por favor.

-Si- respondió la chica con una gran sonrisa. –Yo también estaba planeando decirle eso al profesor.

-Menos mal- Kotomi sonrió, aliviada. –Ah, sí. Se me olvidaba- exclamó de pronto. –Hola. Encantada de conocerte. Me llamo Ichinose Kotomi. Voy a la clase 3-A. Me gusta leer libros. Me gustaría mucho que fueras mi amiga.

-La parte de “encantada de conocerte” es algo rara, pero todo lo que dice es verdad- le explico Okazaki.

-Me llamo Nishina Rie. Es un placer conocerte.

Los tres platicaron un poco más hasta que llegó la hora en que tenían que retirarse.

-Nos vemos- Nishina sonrió, encantada.

-Bien. Hasta la próxima- se despidió Okazaki. Kotomi la observo un poco más y después siguió a Okazaki.

-¿No te alegras de haber hecho más amistades?- le pregunto mientras caminaban por el pasillo.

-Sí.

-Sería estupendo ver que el número sigue aumentando así- comento.

-Si- volvió a responder con monosílabos, mientras unas lágrimas se deslizaban por sus mejillas.

-He oído que Kotomi-chan ya no está en la biblioteca y que está asistiendo a clase- le comento Nagisa a Okazaki mientras se dirigían como cada mañana al instituto.

-Vamos a echar un vistazo- propuso Okazaki con una gran sonrisa.

Al llegar al aula donde sabían que era la clase A, ambos pudieron escuchar la conversación que se llevaba a cabo dentro de esta.

-Oye, Ichinose-san, el problema número tres…- pudieron ver como Kotomi, con timidez, le explicaba a aquella chica como se resolvía el problema.

-¡Ya entiendo! ¡Muchas gracias!- agradeció la chica, realmente contenta.

-Que inteligente eres, Ichinose-san…- comento otra de sus compañeras.

-Por cierto fuiste tú la que dio el recital de violín del otro día, ¿no?- pregunto con interés.

-¿Sabes tocar el violín?- pregunto la otra chica sorprendida, no dejando que Kotomi respondiera.

-Si nos lo hubieras dicho, habríamos estado presentes- le reprocho. Kotomi sonrió.

-Yo pase por ahí, pero a eso no se le puede llamar “tocar”- ese comentario hizo que Kotomi bajara un poco el rostro, apenada.

-¿A qué te refieres?

-Hizo que me parase- Kotomi estaba realmente avergonzada, pero en cierta forma, estaba feliz.

Nagisa y Okazaki sonrieron ante la divertida situación.

-¡Ingenua! ¡Eres demasiado ingenua! Si el mundo estuviera lleno de graciosillos, significaría que no habría nadie para hacer el papel del tonto. Y entonces, solo habría graciosillos con corbata desde aquí hasta el fin del mundo. Intenta saltarte alguna frase o hacer algún comentario ridículo en esa situación- cuando Okazaki llego al aula del club de teatro, se encontró a una molesta Kyou dándole una reprimenda a Kotomi por su forma de intentar ser graciosa. Por otro lado, se encontraba Nagisa y Ryou muy juntas, intimidadas por el tono de voz de Kyou. Kotomi sin embargo escuchaba atentamente sus palabras, sin inmutarse por el tono el cual le hablaba. -¿Qué crees que podría pasar?

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